Ya para el verano del 2003, Dolly y yo estábamos casados viviendo en Egipto. Y nos tomamos nuestras primeras vacaciones como familia. Mis hijos de 11 y 16 años viajaron desde USA para reunirse con nosotros y pasar parte del verano juntos. Entre las cosas planeadas estaba un crucero por el río Nilo desde la ciudad de Luxor hasta la ciudad de Asuán, este crucero recorre esa parte del Nilo y se detiene en varios lugares donde hay templos faraónicos antiguos de interés para los turistas. Volamos desde el Cairo a Luxor donde pasamos dos días en el barco antes de zarpar.
El primer día visitamos el templo de Luxor que es uno de los más elaborados pues es un templo que se le añadieron áreas y edificios por varios siglos desde la dinastía XVIII hasta la de los ptolemaica que fue la última. En este templo se pueden observar áreas mandadas a hacer por Ramsés II hasta áreas mandadas a hacer por Ptolomeo, es dedicado a Amón y esta orientado al Templo de Karnak en el al otro lado del río, orilla oeste.
En una gran ceremonia anual, presidida por el faraón, Amón y su familia viajaban de Karnak a Luxor en su bote ceremonial para esperar el desbordamiento del Nilo que marcaba el regreso de la vida al desierto y luego retornaba a Karnak con toda su familia hasta el siguiente año. Es impresionante ver este monumento porque si te fijas puedes apreciar que la arquitectura cambia de área en área al adentrarte en el complejo, pues cada periodo de construcción tenía diferentes detalles arquitectónicos. Pero los frescos en las paredes, con sus representaciones humanas y jeroglíficos, eran iguales a través del tiempo, no hubo ningún cambio en la manera que los artistas hacían esas representaciones de los dioses, faraones y sus familiares.
Esto fue gracias al sistema representativo creado por los artistas y pasados de generación en generación, lo que permitía que cualquier artista representando a un dios o al faraón en Asuán lo hiciera exactamente igual que otro artista haciéndolo en Alejandría. De esta manera los faraones de turno eran legitimados al ser representados exactamente igual que los dioses y los faraones anteriores.
Recorrer el templo de Luxor de manera cronológica inversa es inevitable pues se entra y se sale por el mismo sitio pero lo que está alrededor de la entrada es lo más reciente y lo que está adentro es lo más viejo. Los guías conscientes de que lo más esplendoroso esta afuera tratan de que entres rápidamente hasta el salón mas interior para poder hacer su historia cronológica.
En el salón interior y otros más las estatuas fueron removidas pues dos mil años atrás los romanos instalaron un batallón en el templo y usaron el salón para el culto del emperador, luego fue iglesia y el techo aún tiene marcas de la brea de las velas y quemadores, pero gracias al respeto que le tenían a las estatuas los romanos, enterraron las estatuas de Amón y demás con mucho cuidado en el patio del templo y fueron descubiertas en 1989, ahora están en el museo de Luxor.
Después de recorrer el templo y ver el pasar de los siglos cuando cambias de un salón a otro, llegamos al área más reciente, y la mas clara de ver pues es a la que le entra más luz. Ahí el guía se tomó un merecido descanso y yo me quedé un buen rato observando las escenas y jeroglíficos en la pared, admirando el trabajo e imaginándome qué parte de la mitología egipcia representaban. El guía en ese momento pasa por mi lado y le pregunto de que se trata la escena para tener una idea de que faraón representan y a que se refiere la historia y me dice con una sonrisa que es Alejandro Magno y es la historia de su conquista de Egipto.
Me sentí como que me echaron un balde de agua fría, había estado admirando por media hora un póster político y eso me puso a pensar que todas las obras que estaban en las paredes desde la parte más vieja hasta esta eran eso, propaganda política en los cuales cada faraón se representaba al lado de los dioses y se representaba como el dios en la tierra y ahí en las paredes de los templos estaba la prueba. Yo que pensaba que admiraba la historia de Osiris o Anubis, en realidad veía al faraón de turno Alejandro Magno y los trabajos de la dinastía que le sucedió cuando asignó a su general Ptolomeo gobernante de Egipto.
Esto te dice lo inteligente que era, pues para ese entonces los griegos tenían una escultura y dibujos mas avanzados que los egipcios en lo que se refiere a representación humana y aun así Alejandro y luego Ptolomeo siguen usando la formula existente en Egipto pues así no eran percibidos como invasores sino como faraones y divinidades locales aunque fueran de otro país. Esta fue la formula que llevó a Alejandro Magno a conquistar tantos territorios, el adaptó su imagen y su gobierno a lo que encontró en cada sitio dejando a la gente vivir sus vidas diarias en libertad y convirtiéndose en líder de los ejércitos.
Al día siguiente nos llevaron al valle de los reyes, donde fueron enterrados la mayoría de los faraones, ya que no les tomó mucho tiempo darse cuenta que enterrar faraones en pirámides era como enterrar un tesoro y ponerle encima el anuncio mas alto del mundo y esperar que nadie lo robe. Si se suponía que los tesoros que se enterraban con los faraones eran para la otra vida, si los enemigos sabían donde estaban enterrados era fácil arruinarles esa otra vida y hasta tratar de que no tuvieran esa otra vida destruyendo sus cuerpos momificados.
La tumba de Tutankamón es la única de las descubiertas que esta prohibida la entrada. Una de las explicaciones es que su cuerpo se devolvió a su tumba y se respeta como una tumba. Otros hablan de la maldición de la momia. Otros explican que la momia no fue momificada bien y se descompuso y las autoridades la devolvieron a su lugar de descanso como lo harían en el caso de una exhumación para una investigación. Hay otras tumbas que aun están en excavación y por seguridad no te dejan entrar, pero hay cientos de tumbas que los guías turnan para que los visitantes puedan apreciar las diferentes características según el tipo de faraón o familia de faraón enterrada.
Pudimos visitar varias tumbas, una de ellas tiene cinco cámaras y se cree que hay otras cámaras ocultas, otras eran más pequeñas de solo tres cámaras, se entiende que las tumbas con muchas cámaras eran tumbas comunes para familia reales. Las tumbas tienen decoraciones en texto e imágenes en las paredes que simbolizan la vida del difunto y el rito de ascensión al resucitar para la próxima vida.
La más interesante de todas las tumbas que visitamos es una en que la decoración no se terminó por lo que revela la técnica de dibujo que utilizaban los artistas egipcios para que todas las representaciones salieran iguales no importa el artista. Los maestros o artistas principales usaban un sistema de cuadrícula en dibujos en pergaminos, los cuales eran copiados, y distribuidos por todo el reino a los artistas primarios en obra que se encargaban de transferirlo, a mayor escala, en una cuadricula más grande dibujada en la pared, así aseguraban que todas las representaciones eran exactamente iguales.
Se calcula que aún deben haber algunas tumbas enterradas que no se han encontrado, pero las esperanzas de encontrarlas con todo adentro disminuye cada vez que se encuentra una y da señas de que ha sido saqueada. Hay teorías que dicen que como los sacerdotes que hacían el entierro sabían todo con respecto a las tumbas, ellos mismos las saqueaban y se llevaban las momias a cuevas en la montañas, como las que se encontraron intactas y que ahora están en el Museo de Antigüedades en Cairo.
Después de una calurosa mañana caminando entre tumbas visitamos un grandioso templo funerario. En un extremo del plató cerca del Valle de los Reyes, apoyado de un acantilado, está el templo funerario de Hatshepsut, faraón del XVIII dinastía quien gobernó a Egipto como reina-faraón mientras era la guardiana de Tutmosis III, su hijastro, el verdadero faraón al que ella relegó a segundo plano.
Hatshepsut consiguió ser declarada por los sacerdotes hija de Amón y así fue aceptada por todos y su autoridad no fue puesta en duda.
Ella adoptó todos los adornos masculinos de los faraones incluyendo su barba ceremonial. Y así fue representada en todas las estatuas pareciendo un faraón con cuerpo femenino, históricamente se pensaba que esas estatuas eran de un faraón afeminado y no de una mujer faraón.
Este templo es dedicado a Amón y coloca a Hatshepsut en el reino de los dioses junto a su padre y a todas las otras divinidades. El templo tiene muchos relieves/frescos que hoy día se reproducen en papiros que se venden el los mercados para los turistas. Uno muy popular es el de la noche cubriendo con su manto estrellado los cielos el cual se pueden ver los colores originales. Muchas personas aún creen que los frescos en Egipto eran simples relieves tallados en las paredes y se quedaban color de piedra, pero en realidad eran muy coloridos como los revelan los encontrados en las tumbas y en este templo, la apariencia monocromática de los que no estaban enterrados era por la acción de los elementos, principalmente el sol y la arena impulsada por el viento que erosionaba la pintura y la capa de yeso que sostenía los colores.
El diseño arquitectónico pone a este edificio en la vanguardia del reino antiguo y es el edificio del antiguo Egipto que se acerca mas a la arquitectura clásica. Su arquitectura fue imitada en el reino nuevo en otros templos funerarios. Contenía varias estatuas de Hatshepsut en diferentes posiciones, sentada, arrodillada y parada, pero estas fueron destruidas por órdenes de Tutmosis III cuando ella murió, pues ella tenía planes de no dejarle ascender al trono y poner a su hija de faraón, después de un reinado de 16 años Hatshepsut se retira de la vida pública al morir su hija y ella perder su ambición de dejarla como faraón, momento que Tutmosis III aprovecha y toma el poder que su madrastra había usurpado.
Tristemente fue en el parqueo de este templo que un autobús lleno de turistas, la mayoría alemanes, fue atacado por terroristas en 1997.
Al partir del área del valle de los reyes pasamos por un par de estatuas que ahora están en medio de un arrozal, pero que posiblemente marcaban la entrada a algún templo. Son dos faraones sentados solitariamente en el medio del verde campo, cuentan que estas estatuas producían un sonido casi musical cuando en las mañanas el sol calentaba las piedras que la forman.
Un general Romano observando el fenómeno consideró que era un defecto de construcción y decidió que había que arreglarla y la mandó a desmantelar y la armaron otra vez y, para su satisfacción, dejaron de hacer el sonido.
Hugo Bello
Artista. Diseñador. Fotógrafo. Educador
El autor vivió en Egipto y Omán durante 17 años y visitó frecuentemente a los Emiratos Árabes Unidos por placer y trabajo. Fue un diplomático del 2002 al 2004 asignado a Egipto. Luego se dedicó a exponer sus pinturas en exhibiciones individuales en Cairo ya ejercer la Docencia en Port Said American School en Cairo, Colleges of Applied Sciences y Dhofar University en Omán. Nació y se crió en la República Dominicana hasta 1987 cuando se traslada a Estados Unidos para continuar sus estudios y residir allí, regresa por un período al final de los años 90, se fue al Medio Oriente vía NY y ahora regresa después de 20 años de ausencia.
Tiene un grado técnico en Ilustración y Bellas Artes de la Escuela de Diseño Altos de Chavón, una Licenciatura en Estudios de Arte de la Universidad de South Florida y un Máster en Diseño Industrial de Pratt Institute en NY.