El Ministerio de Defensa de China criticó este jueves el sobrevuelo de bombarderos nucleares estadounidenses en el espacio aéreo sobre los disputados mares de China Meridional y China Oriental (también conocidos como mares del Sur y Este de China), lo que calificó de “acto provocativo”.
Beijing también exigió al gobierno de los Estados Unidos que tenga “una actitud madura y razonable” para aliviar las tensiones, que han venido en alza debido a la guerra comercial en la que se encuentran trenzados ambos países y los roces por los reclamos territoriales chinos en el Pacífico
Washington podría “sufrir las consecuencias”, dijo el portavoz de Defensa Ren Guoqiang en una conferencia de prensa en la que aseguró que “es la parte estadounidense la única que debería ser culpada de los actuales problemas” que sufren los lazos militares entre ambos países.
“Exigimos a Estados Unidos que adopte una verdadera actitud madura y razonable, y que lleve a cabo acciones para mejorar la relación bilateral. Pedimos que trabaje junto a China para que la cooperación militar sea un factor estabilizador de los lazos”, añadió el portavoz.
Escalada de tensiones
En un contexto de guerra comercial entre China y Estados Unidos, Washington ha despertado repetidamente el descontento de Beijing en las últimas semanas al dictar sanciones contra altos cargos militares chinos, aprobar ventas de armamento militar a Taiwán y sobrevolar con sus B-52 el Mar de China Meridional.
Los B-52 “Stratofortress” son enormes bombarderos estratégicos diseñados en la década de 1950 pero que aún siguen en servicio, en sus versiones más modernos, en la fuerza aérea de Estados Unidos. Con sus ocho turbinas pueden alcanzar una velocidad de poco más de 1.000 kilómetros por hora a una altura máxima de 15.000 metros y llevando hasta 31.000 kilogramos de bombas, incluyendo una nutrida variedad de artefactos nucleares.
El portavoz calificó el vuelo reciente de estas imponentes peor longevas máquinas como “un acto provocativo al que nos oponemos firmemente” y advirtió de que China “tomará todas las medidas necesarias para salvaguardar sus derechos e intereses” en el ese mar, donde Beijing tiene disputas de soberanía con gobiernos vecinos como Filipinas, Taiwán, Malasia, Brunei y Vietnam.
Respecto a la reciente aprobación en Estados Unidos de una venta de componentes armamentísticos a Taiwán por valor de 330 millones de dólares, Ren subrayó que tal decisión “viola el principio de ‘una sola China’ y daña sus derechos de soberanía”.
La fuente militar añadió sobre esa cuestión que “cualquier intento de aprovecharse para intentar impedir la unificación de China se encontrará en un callejón sin salida”.
En la misma rueda de prensa se mencionó un reciente informe estadounidense que acusaba nuevamente a China de liderar ciberataques contra intereses norteamericanos, algo que también fue respondido por Ren con críticas y advertencias a Washington.
“El informe está lleno de ideas inventadas y de mentalidad de la Guerra Fría, por lo que estamos firmemente en contra”, declaró Ren, para añadir que “es Estados Unidos quien aumenta sus esfuerzos para desarrollar una fuerza cibernética ofensiva, pero al mismo tiempo acusa sin fundamento a otros de conducir ataques”.
La respuesta del Pentágono
En respuesta a las declaraciones del gobierno chino, el portavoz del Departamento de Defensa de Estados Unidos, coronel Dave Eastburn, aseguró que el vuelo de los B-52 desde sus bases en Japón era parte de “operaciones programadas regularmente” y que su país seguiría “volando, navegando y operando en aguas internacionales”.
Mientras que Jim Mattis, jefe del Pentágono, restó también importancia al hecho, al asegurar que la controversia ha sido generada por la militarización que China ha hecho de islas en disputa. “No hubo un cambio fundamental y no hay nada extraordinario en el vuelo. Si hubiera ocurrido hace 20 años antes de que militarizaran la zona, hubiera sido visto como un vuelo regular de transporte”, señaló.