El rodio, el metal precioso más caro del mundo
Su precio se ha disparado, de 645 a 2.400 dólares desde 2016, ante un demanda creciente y un mercado revuelto en Sudáfrica, su principal productor. Quizá no lo crea, pero robar catalizadores está de moda. Esta pieza del sistema de escape de los coches —que transforma los gases para reducir su contaminación— se ha convertido en una exquisitez en el mercado negro. En julio pasado, por ejemplo, se desarticuló en Madrid una banda que se dedicaba al hurto de estos aparatos, que en su interior guardan una especie de panal de abeja impregnada con una resina que contiene una cantidad mínima (pero muy rica) de minerales preciosos: platino, paladio y rodio. Este último elemento es sumamente codiciado. No es para menos: su precio se ha multiplicado casi por cuatro en los últimos dos años, convirtiéndose así en el metal más caro del planeta. Hoy, una onza de rodio se cotiza por encima de los 2.400 dólares (2.050 euros al tipo de cambio actual). En 2016 costaba 645 dólares (551 euros). La fórmula de este repunte se debe a una simple ecuación: una menor oferta —causada por los problemas abastecimiento en Sudáfrica, productora del 81,7% de este mineral— y una mayor demanda, derivada de estándares de emisiones contaminantes más estrictos, explica Ben Davis, analista en Liberum Capital, un banco de inversión británico. “Su valor ha aumentado porque el mercado cree que habrá escasez a medida que se pongan más exigencias a la industria automotriz”, añade el experto.