“Fuera, fuera, fuera, vuelvan a Venezuela“.
Los gritos provenían de los vecinos del municipio de Pacaraima, en el estado de Roraima, norte de Brasil, en la frontera con Venezuela. Allí se enfrentaron este sábado a unos 2.000 inmigrantes venezolanos que se encontraban en un campamento levantado en las calles.
Testigos y funcionarios de Pacaraima dijeron que los manifestantes forzaron a unos 1.200 venezolanos a cruzar la frontera tras el ataque que incluyó la destrucción del campamento y la quema de las pertenencias de los migrantes.
El ataque se produjo después de una protesta en la que se condenaba el caso de un comerciante brasileño que fue golpeado y robado supuestamente por cuatro venezolanos, el viernes.
El gobierno de Brasil informó que envió un contingente de soldados a la frontera para reformar la seguridad.
El presidente Michel Temer realizó una reunión de emergencia el domingo a medida que aumentaban las tensiones regionales sobre el número de personas que escapan de la crisis en Venezuela.
Por su parte, Venezuela pidió a Brasil que garantice la seguridad de sus ciudadanos.
Miles de los migrantes venezolanos se dirigen hacia el sur en busca de una vida mejor en medio de un empeoramiento de la crisis política y económica en el país que ha provocado una inflación creciente y una escasez crónica de alimentos y medicinas.
¿Qué pasó en la frontera entre Brasil y Venezuela?
Un campamento de inmigrantes venezolanos en Pacaraima fue atacado el sábado por residentes enojados tras los informes de que un dueño de un restaurante local había sido golpeado duramente por los venezolanos.
Grupos de hombres cargando piedras y palos incendiaron tiendas de campaña y otros artículos pertenecientes a los venezolanos, y unos 1.200 migrantes huyeron al otro lado de la frontera.
“Fue terrible, quemaron las tiendas de campaña y todo lo que estaba adentro”, le dijo a la agencia de noticias AFP, Carol Marcano, una venezolana que trabaja en Boa Vista y que estaba en la frontera regresando de su país.
Tanto ella como otras personas se refugiaron en la alcabala de control fronterizo del lado venezolano.
En los últimos meses, ha habido un creciente rechazo hacia el número de inmigrantes venezolanos que ingresan al estado de Roraima.
“Hoy la ciudad parece desierta, está muy silenciosa porque llegaron refuerzos policiales y los mercados volvieron a abrir”, dijo a AFP el domingo un residente que no quiso ser identificado.
De acuerdo con la secretaria de Seguridad del estado de Roraima, Giuliana Castro, tras regresar a territorio venezolano, los inmigrantes “atacaron a un grupo de 30 brasileños que estaban comprando al otro lado de la frontera y que debieron ser llevados a un refugio”, informó la agencia de noticias Reuters.
“Tenemos los videos”
El diario digital brasileño O Globo informó que las autoridades locales se encuentran investigando los disturbios.
“Tenemos vídeos y fotos de los autores de este acto. Cerca de 2.000 brasileños participaron en la revuelta. Donde había venezolanos, iban y destruían todo. Intentaron invadir un refugio federal, pero no tuvieron éxito porque la Policía Militar junto a la Policía de Carreteras Federal actuaron con rapidez”, dijo un teniente que O Globo identificó como Marques.
En los videos que se han difundido en las redes sociales, se puede ver ropa y bolsas con pertenencias regadas en el piso, neumáticos en llamas, personas cruzando la frontera y la movilización policial.
Según el diario Folha de Sao Paulo, el ejército repudió “los actos de vandalismo y violencia contra cualquier ciudadano, independientemente de su nacionalidad“.
La reacción de Venezuela
El sábado, la cancillería de Venezuela emitió un comunicado en el que expresaba su preocupación por “las informaciones que confirman ataques a inmigrantes venezolanos, así como desalojos masivos de nuestros connacionales, hecho que violenta normas de Derecho Internacional además de vulnerar sus derechos humanos”.
El gobierno venezolano asegura que se comunicó con el ministerio de Relaciones Exteriores de Brasil para “solicitar las garantías correspondientes a los nacionales venezolanos y tomar las medidas de resguardo y seguridad de sus familias y enseres“.
Se instruyó que miembros del personal del consulado en Boavista se trasladen a Pacaraima.
El gobierno del presidente Nicolás Maduro dice estar dispuesto a coordinar acciones con las autoridades brasileñas que aboguen por “la promoción y respeto del derecho internacional sin discriminación, al tiempo que rechaza la instrumentalización de una lamentable situación de violencia alimentada por una peligrosa matriz de opinión xenófoba, multiplicada desde gobiernos y medios al servicio de los inconfesables objetivos del imperialismo, a partir del desprestigio de la venezolanidad”.
Cientos cada día
En mayo, las autoridades de Roraima estimaban que cada día cruzan la frontera entre 600 y 800 venezolanos.
“La gran mayoría llega a la búsqueda de atención médica. Esto ha sobrecargado los hospitales, que ya no logran atender la demanda de brasileños ni de venezolanos. Incluso hay escasez de medicamentos”, indicó la gobernación en su página web en un artículo publicado el 8 de mayo.
De hecho, la gobernadora del estado, Suely Campos, había pedido el cierre temporal de la frontera “hasta que el Gobierno Federal promueva la acogida humanitaria de los 50.000 venezolanos que ya están en Roraima”.
De acuerdo con Campos, “la población de Roraima, ya sea brasileña o venezolana, vive un colapso en los servicios de salud y seguridad pública”.
Por ejemplo, cientos de venezolanas han cruzado la frontera para dar a luz. En mayo, BBC Mundo hizo este reportaje especial para reflejar esa situación:
Los servicios médicos del estado brasileño de Roraima vieron como la demanda aumentó en un 3.500% desde 2015.
“La acción del Gobierno Federal hasta ahora se restringe a la acogida de los venezolanos en refugios y al suministro de alimentos. Pero eso es muy poco“, señaló la funcionaria en mayo.