Los mapas de esta noticia se actualizan una vez al día, mientras que la información histórica se incorpora a medida que es publicada.

De España a Grecia y Turquía, pasando por Francia, Portugal, Argelia o Italia. En las últimas semanas de agosto los incendios forestales han abrasado el sur de Europa y el norte de África avivados por la ola de calor que ha achicharrado el Mediterráneo. Una conjunción de fenómenos que los expertos asocian innegablemente al cambio climático y que ha puesto de manifiesto una vez más la necesidad de actuar de inmediato.

Hasta finales de agosto, el fuego ha arrasado más del doble de la media de las hectáreas que se quemaron en Europa en el mismo periodo de 2008 a 2020. Un incremento liderado por Grecia, donde este año ha habido hasta diez veces más tierra quemada; y por Italia, país en el que la cifra se multiplica por cinco. En el siguiente gráfico se puede ver la evolución en el conjunto de Europa y país por país.

España y Francia, por su parte, muestran un incremento significativo respecto a los años anteriores a partir del 12 de agosto. Las llamas dejaron al menos dos muertos cerca de Saint-Tropez, en la costa gala, y el incendio más significativo de los últimos 40 años en Castilla y León podría haber afectado a unas 22.000 hectáreas, según el programa Copernicus de observación terrestre de la Agencia Europea del Medio Ambiente y la Agencia Espacial Europea (ESA).El Mediterráneo, zona cero del cambio climático: más olas de calor, sequías e incendiosÁLVARO CABALLERO

España: más de 40.000 hectáreas quemadas hasta el 1 de agosto

En España, la información sobre el fuego la recoge el Centro de Coordinación de la Información Nacional sobre Incendios Forestales (CCINIF). Según su último avance, hasta el 1 de agosto se habían quemado más de 40.000 hectáreas de superficie forestal, sin contar con los grandes incendios de ese mes.

Por suerte, las cifras ya están lejos del mayor hito de su serie histórica: 1985 fue el año más fatídico con cerca de 500.000 hectáreas de superficie quemada. En cuanto al número de incendios, las cifras más altas se registraron en 1995 y 2005, con más de 25.000 focos en cada ocasión, que por fortuna no afectaron a grandes superficies de terreno.

Los grandes incendios ponen en riesgo al hombre y a la naturaleza

El trabajo para controlar, prevenir y sensibilizar parece haber funcionado, dejando atrás una época especialmente negra a finales de los 80 y principios de los 90. No obstante, en las últimas dos décadas destacan dos años en los que despuntan tanto el número de incendios como la superficie total abrasada.

En 2012 se quemaron casi 217.000 hectáreas de bosque. Algo más de la mitad de ese terreno se calcinó en 13 grandes incendios forestales, en los que la superficie quemada superó las 500 hectáreas. Según los datos del CCINIF, los peores se produjeron en los municipios de Cortes de Pallás y Andilla, en la Comunidad Valenciana, en los que ardieron cerca de 50.000 hectáreas.

Como se puede ver en la siguiente tabla, España ha registrado un total de 144 grandes incendios en lo que va de siglo. De los años recientes, 2017 es el que registró más incendios de estas características: hubo 56 ocasiones en las que las llamas devastaron más de 500 hectáreas. Desde Ourense a Sevilla, 19 provincias se vieron afectadas y esta tipología supuso el 55 % de todo lo que se quemó aquel año. Los mayores focos se produjeron en Encinedo (León) y Ponteareas (Pontevedra).

Galicia y Castilla y León, las regiones más azotadas por el fuego

El fuego se ha cebado especialmente con Galicia y Castilla y León, las regiones que han salido peor paradas desde el inicio del siglo. La primera sufrió especialmente entre 2004 y 2006 y ha visto cómo en 2011 y 2017 se quemaban grandes superficies forestales.

El peor año para Castilla y León es 2005, con más de 46.000 hectáreas abrasadas, seguido del ya mencionado 2012, con grandes incendios como el de Castrocontrigo, en León.

Incendios y cambio climático, la peor combinación

Los incendios de agosto de 2021 en Saint-Tropez (Francia), Navalacruz (Ávila) y La Palma (Santa Cruz de Tenerife) han coincidido con los días en los que la primera gran ola de calor del verano se instalaba en el Mediterráneo. Una semana fatídica con temperaturas de récord en Sicilia (48,8 ºC) y en Túnez (50,2 ºC).Calor y cambio climático: 46 años de olas en EspañaPAULA GUISADO / DATOSRTVE

“Hemos visto lo que ya sabíamos que iba a pasar, pero con una salvedad: lo hemos visto décadas antes de lo previsto”, reflexionaba Andreu Escrivà en declaraciones a RTVE.es. El ambientólogo coincidía con las conclusiones que arrojaría unos días después el informe del Grupo Intergubernamental de Expertos para el Cambio Climático (IPCC) de la ONU que vinculaba los efectos “irreversibles” del calentamiento global con los fenómenos extremos. Casos como estos serán “más intensos y más extensos” en España durante los próximos años, auguraba Escrivà, que advertía de que los incendios forestales resultarán “más peligrosos”.La humanidad es “innegablemente” responsable de los efectos “irreversibles” del cambio climáticoÁLVARO CABALLERO

El hombre, detrás del 95 % de los incendios

Si este es el futuro que nos espera, ¿qué se puede hacer para mitigarlo? Los ecologistas coinciden en que lo fundamental es la prevención. Además, Greenpeace apunta la modificación del paisaje que hay alrededor de las zonas forestales como una de las actuaciones más efectivas para hacer frente a este escenario.

La organización explica que este tipo de actuaciones sirven para dotar al entorno “de condiciones menos propicias a la propagación virulenta del fuego”. Otras medidas conllevarían mejorar la gestión forestal y los planes preventivos.

De acuerdo con la información del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, el 95% de los incendios forestales se deben a la acción humana, por lo que debemos poner toda nuestra atención en evitarlos. Un bosque quemado puede tardar en recuperar su estado actual hasta 100 años.