Como estaba previsto Vladímir Putin ha sido reelegido al frente del Kremlin hasta el 2024 en las elecciones presidenciales celebradas este domingo 18 de marzo en Rusia. Con el 90% del voto escrutado, un 76,6 % de los rusos ha votado por su continuidad en unos comicios que han registrado una participación del 67%.
Los otros siete candidatos a la presidencia de Rusia quedan muy por detrás según los resultados preliminares del conteo. Pável Grudinin (del Partido Comunista de Rusia) habría alcanzado un 12,2% de los votos, seguido del el ultranacionalista populista Vladímir Zhirinovski (Partido Liberal-Demócrata), con un 5,9 %; la periodista y presentadora de televisión Ksenia Sobchak (Iniciativa Ciudadana), 1,5 %; Grigori Yavlinski (Yábloko), 0,9 %; Borís Titov (Partido del Crecimiento), 0,7 %; ), Maxim Suraikin (Comunistas de Rusia), 0,68 %.; y Serguéi Baburin (Unión de los Pueblos de Rusia), 0,64%.
A partir de ahora Putin tiene seis años por delante en los que afrontar retos internos, como seguir luchando contra la pobreza o levantar la economía tras la crisis, así como retos internacionales y pulsos con los países occidentales nacidos a partir de la crisis de Ucrania, la guerra de Siria, la supuesta injerencia rusa en las elecciones de 2016 en Estados Unidos o, más recientemente, el envenenamiento en el Reino Unido del exespía ruso Serguéi Skripal. Pero hay una tarea que el Kremlin tiene que dejar bien atada, el nombre de sucesor, porque es muy probable que el 2024 sea el último año con Putin en el poder.
La Constitución de la Federación Rusa impide al presidente estar en el puesto más de dos mandatos seguidos. Putin fue presidente entre los años 2000 y 2008 antes de ejercer como ministro durante cuatro años antes de volver a la presidencia en 2012. En una reciente entrevista en la televisión estadounidense NBC, el propio Putin descartó que intente cambiar al Carta Magna para eliminar esta regla. Además, en 2024 cumplirá 72 años y no parece probable que vuelva a presentarse tras otro periodo en el banquillo.
Los políticos de la oposición critican que el puesto de máxima responsabilidad esté ocupado por una misma persona durante tantos años, mientras que los expertos están de acuerdo en que debido a esta circunstancia no será fácil para Putin y su círculo íntimo dar con una persona o con una fórmula que tras su retiro ayude a mantener unido un sistema político creado durante esta época y que se caracteriza por un único centro de mando, en donde reside la última palabra en cualquier cuestión.
Que hoy no haya alternativa a Putin “es consecuencia de que en efecto es el político más carismático y experimentado del país. Y en segundo lugar, es un producto del propio sistema político. En el marco del actual sistema no es posible otra política y tampoco la aparición de otros líderes. Podemos valorarlo de una forma u otra, pero el sistema funciona así”, explicaba el pasado mes de diciembre a La Vanguardia Oleg Ignátov, director de análisis político en el Centro sobre la Coyuntura Política de Moscú.
Esta cuestión, sin embargo, es tan antigua como el propio mandato de Putin. “Vengo pensando en ello desde el año 2000”, confesó el jefe del Kremlin en una reciente entrevista al canal de televisión estadounidense NBC cuando se le planteó la cuestión del sucesor. “Pensar no está mal, pero al fin y al cabo será el pueblo ruso el que hará la elección. Aunque alguien me guste o no, los candidatos irán a las elecciones y, a fin de cuentas, la decisión la tomarán los ciudadanos de la Federación Rusa”, enfatizó.
En el partido liberal Yábloko, que en estas elecciones ha presentado como candidato a su fundador, Grigori Yavlinski, creen que con tanto tiempo en el poder una persona “no puede garantizar el progreso de la sociedad”, explicaba Alexánder Gnezdílov, vicepresidente de la formación. “Podemos tomar como ejemplo destacados políticos europeos, con récords de permanencia en el poder en sus países (Kohl en Alemania, 16 años; Mitterrand en Francia, 14, Thatcher en el Reino Unido, 11), y usted verá que los últimos años su exitoso liderazgo estuvieron eclipsados por la inercia. ¿Qué decir de Putin, que ha estado en el poder más que ellos?”
Hasta el día de hoy Putin es el líder que más tiempo ha estado al frente de este país desde el dictador soviético Iósif Stalin. Ya ha superado incluso a Leonid Brézhnev, a quien se presenta como ejemplo de dinosaurio político y negativa gerontocracia.
Konstantín Merzlikin, vicepresidente del también opositor Partido de la Libertad del Pueblo (PARNAS) afirma que “todos los éxitos del país relacionados con Putin se lograron antes del año 2008. La última década de su poder ha sido tiempo perdido: más estancamiento económico, la degradación social y continuar el aislamiento internacional del país respecto al mundo civilizado”.
El año pasado comenzó a discutirse activamente sobre el nombre del sucesor. Los think-tank rusos elaboraron varias listas, pero en ellas aparecían políticos ya conocidos desde hace años, como el primer ministro Dimitri Medvédev (presidente entre 2008 y 2012) o el alcalde de al capital, Serguéi Sobianin. La fundación Política Peterburguesa (Peterbúrgskaya Polítika) y el centro de estudios del politólogo Evgueni Mínchenko coincidían en señalar a estas dos figuras como las que tienen hoy por hoy más posibilidades. Pero en esta cuestión “hay que dejar sitio para un escenario absolutamente imprevisible”, explicaba Leonid Davídov, director del centro peterburgués. De hecho, en la lista que elaboró su equipo aparecían, aunque en los últimos lugares, hasta el cuestionado presidente de Chechenia, Ramzán Kadírov, o el opositor y bloquero anticorrupción Alexéi Navalni, privado de concurrir a las elecciones presidenciales por varias condenas por fraude que él y sus seguidores creen fabricadas para apartarle del poder.
Y en los últimos tiempos desde el poder se han tomado iniciativas para que aparezcan figuras jóvenes en la escena política nacional y evitar que, como sucedía durante el comunismo, los escalones más altos del poder se llenen de ancianos a los que es imposible desalojar del poder. Hace dos años el Kremlin promocionó a Alexéi Diumin, a quien nombró gobernador de la provincia de Tula y que ahora tiene 46.
El pasado otoño el Kremlin sustituyó a varios gobernadores regionales por caras más jóvenes con un perfil más técnico que político. Putin nombró gobernador de la provincia de Ivánovo a Stanislav Voskresenki, un economista de 41 años; de Nizhni Nóvgorod a Gleb Nikitin, de 40, que hasta entonces era viceministro de Industria y Comercio del gobierno central; de Samara a Dimitri Azárov, de 47. Los expertos creen que en estos cambios se tuvo encuentra el cambio generacional, pero por debajo siempre de la lealtad a las elites de Moscú.
Tal día como hoy dentro de seis años, el presidente de Rusia podría estar entre estos nombres. ¿Pero cómo se hará el cambio? Los críticos con el actual poder pronostican incertidumbre e inestabilidad, quienes creen que el sistema está consolidado creen que la transición (si se produce) será tranquila. En la entrevista con el canal NBC, Putin mostró su confianza de que los que lleguen no echarán para atrás lo conseguido en su etapa y que se esforzarán por “fortalecer a Rusia y crear un futuro para ella y las próximas generaciones”.