Explotadas laboralmente por el Opus Dei. Un grupo de 42 mujeres ha presentado una denuncia en el Vaticano contra la organización religiosa ultraconservadora a la que acusan de abuso de poder y conciencia. Tienen en común el haber trabajado para el Opus en duras condiciones y sin recibir sueldo alguno.
Lucía Giménez dice que todavía le duelen las rodillas al recordar cómo limpiaba los baños en una residencia de Buenos Aires con 16 años.
“Yo odiaba hacer los baños y vivía en un centro en el que había un montón de pisos y siempre me mandaban hacer los baños. Estaba harta del dolor de rodillas de arrodillarme a hacer las duchas. Entonces en ese momento, me decía ‘yo tengo una entrega a Dios, tengo que hacer esto’. Vos no tenés tiempo de pensar -explica-. Encima me decían que los numerarios que vivían ahí nos pagaban el sueldo y yo no veía la plata”.
Lucía cuenta que cuando se unió al grupo católico en su Paraguay natal le prometieron a ella y a su familia que recibiría una educación superior. En su lugar, se pasó 18 años trabajando 12 horas al día, sin recibir nada a cambio.
Las 42 mujeres son argentinas y paraguayas. Trabajaron para el Opus Dei en diferentes países entre 1974 y 2015. En la denuncia alegan que su situación era “manifiestamente ilegal”, con remuneración inexistentes, sin seguridad social y con jornadas de trabajo interminables.
“No es algo inventado acá, es una política interna del Opus Dei”, dice el abogado de las mujeres
Sebastián Sal, el abogado de las mujeres, dice que su caso no es una excepción. _”No es algo inventado acá, sino que directamente es una política interna del Opus Dei (…) Después de la denuncia esta, apareció un grupo en México, que también se está organizando de esta forma. En España también es muy común”. _
La portavoz del Opus Dei, Josefina Madariaga, asegura que quieren “recibir y escuchar a las mujeres para entender lo que pasó, comprender la situación y tratar de ayudar a sanar esa herida”. Por su parte, las mujeres quieren que se les pida perdón y se reconozcan los abusos.
El Opus Dei, presente en 70 países y con unos 90.000 miembros, fue fundado en 1928 por el sacerdote español José María Escrivá. El grupo disfruta de un estatus único en la Iglesia conocido como prelatura personal y depende directamente del Papa.