La botadura del buque de carga Tasman, construido en el astillero Royal Bodewes de la ciudad neerlandesa de Hoogezand, en la provincia de Groninga, estuvo a punto de terminar en una tragedia, informan medios locales.
Mientras decenas de personas observaban la ceremonia, uno de los trabajadores decidió desatar una cuerda del barco. Por alguna razón, vaciló y se encontró en el camino del barco que ya había comenzado a deslizarse hacia el canal. El hombre intentó escapar, pero tropezó.
Afortunadamente, el empleado logró desplazarse rápidamente hasta un lugar seguro en el último momento y evitó ser literalmente aplastado por una nave de varias toneladas.