La noticia de la victoria de Joe Biden en las presidenciales de EE.UU. ha sorprendido a Donald Trump jugando al golf en su club de Virginia, a las afueras de Washington.
El presidente republicano, que no que no acepta la derrota en las elecciones, sino que afirma haberlas ganado, intensificará su batalla legal en los juzgados a partir del lunes.
Una vez que se oficialice su derrota, el mandatario más polémico de la historia moderna de EE. UU. se convertirá en el primer presidente de un solo mandato en casi tres décadas.
Trump, que ha logrado 71 millones de votos frente a los más de 75 obtenidos por Biden, recurrió a su cuenta de Twitter para mostrar que no le gusta perder.
Y ha asegurado que no descansará hasta que se haga un nuevo recuento, insiste en haber ganado los comicios y deja planear de nuevo acusaciones de fraude a través del voto postal.
Rudi Giuliani, abogado de Donald Trump, asegura que hubo fraude en el voto por correo, y promete acciones legales. Su estrategia tratará de interferir en el escrutinio del votos en varios estados clave, aunque es improbable que esas demandas consigan invalidar un amplio volumen de sufragios.
Desmarcándose de la polémica, el senador republicano Mitt Romney, felicitó a Joe Biden por su victoria. Romney, que ha criticado en ocasiones a Trump fue el único republicano que votó a favor de la destitución del mandatario en el juicio político del pasado mes de febrero.
Trump no parece dispuesto a abandonar la Casa Blanca y agotará los recursos legales antes de tirar la toalla. Desde el pasado martes, ha dejado de lado la agenda oficial de gobierno y se ha limitado a seguir el recuento desde la Casa Blanca.
La Fiscalía de Nueva York sigue investigando si Trump cometió delitos de fraude bancario y de seguros, el presidente afronta deudas por valor de más de 400 millones de dólares.
Aunque la transición se anuncia tormentosa, la investidura del nuevo inquilino de la Casa Blanca tendrá lugar el próximo 20 de enero.