Divinas palabras… El buque de prospecciones turco Oruc Reis ha abandonado las aguas en disputa con Chipre y Grecia y ha regresado este domingo a Turquía horas después de una visita relámpago a Nicosia del Secretario de Estado estadounidense. Mike Pompeo, que hizo escala en Chipre tras participar en el inicio de las conversaciones de paz con los talibanes en Catar, expresó la inquietud de Washington ante la creciente tensión entre dos miembros de la OTAN.
“Seguimos profundamente preocupados por las operaciones turcas en busca de recursos naturales en áreas del Mediterráneo oriental que Grecia y Chipre afirman que les pertenecen”, afirmó ante la prensa.
La escala de Pompeo en la isla de Chipre, dividida en una zona griega y otra turca, estuvo precedida de llamadas a la moderación del mismísimo Donald Trump, que telefoneó personalmente al primer ministro griego y al presidente Turquía. Pero Turquía y Grecia parecían ajenas a las presiones estadounidenses. Respaldado con firmeza por algunos socios de la UE, como Francia, Grecia elevaba cada vez más el tono:
“Ha llegado la hora de fortalecer a las fuerzas armadas como garantía para la seguridad del país. Es una obligación cuyo coste asumirán los griegos”, decía el primer ministro heleno, Kiriakos Mitsotakis.
Grecia cuenta con las simpatías y la comprensión de la Unión Europea y con el apoyo expreso de Francia, cuyo gigante petrolero, Total, tiene contratos de prospecciones en la zona. El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, lo tiene muy presente:
“Francia está a menudo en la agenda. No quiero dar nombres, pero me veo obligado a hacerlo porque me toca muy de cerca. No es con nuestro pueblo, dice: Tenemos un problema con Erdogan. Pues bien, señor Macron, va a tener muchos más problemas conmigo”, afirmaba el presidente turco.
La retirada del Oruc Reis coincide con el fin de su permiso del Gobierno turco para realizar prospecciones. Hasta ahora, siempre lo había renovado, generando gran malestar entre sus vecinos. Durante sus trabajos, el buque estuvo escoltado por la marina turca, y vigilado por la griega. La escalada de la tensión ha tenido como telón de fondo una inquietante acumulación de barcos de guerra de distintas banderas en el Mediterráneo Oriental. Grecia ha celebrado su regreso a puerto y espera que tenga continuidad con el inicio de discusiones para zanjar el contencioso sobre la soberanía de estas aguas.