Ya no quedan soldados estadounidenses en Afganistán. El Pentágono ha confirmado que se ha completado la retirada total, tras 20 años de guerra. El último avión C-17 de Estados Unidos abandonaba el aeropuerto de Kabul poco antes de la medianoche.
En las horas previas, el grupo Estado Islámico reivindicó el lanzamiento de varios proyectiles, que no dejaron víctimas. La mayoría fueron interceptados por el sistema de defensa antimisiles desplegado en el aeropuerto.
El portavoz del Pentágono, John Kirby, explicaba que tras el ataque aéreo de Estados Unidos contra un vehículo en Kabul, “hubo ataques con cohetes, ataques de fuego indirecto en el aeropuerto”.
“La amenaza sigue siendo real, sigue activa y en muchos casos sigue siendo específica. Nos lo estamos tomando muy en serio y lo haremos hasta el final”, aseguraba.
En las últimas 24 horas, Estados Unidos sacó de Afganistán a 1.200 personas. A 2.900 el domingo y a casi 7.000 el sábado. En total, a 116.000 personas.
Unos 15.000 refugiados se encuentran en la base estadounidense de Ramstain, en Alemania, a la espera de ser reubicados en otros países.
“No he visto que nada se ralentice (…)”, decía el general de brigada Josh Olsen, reconociendo una ralentización temporal de las operacines el domingo. “Estamos trayendo a los evacuados y nuevamente proporcionándoles refugio y cuidándolos”.
En proporcionar una salida segura a los afganos, además de en la ayuda humanitaria y el rechazo del terrorismo se centra la resolución aprobada por el Consejo de Seguridad de la ONU, con las abstenciones de Rusia y China.