En Climate Now les explicamos mensualmente lo que está pasando en nuestro planeta. En esta edición visitamos Rotterdam para ver cómo la ciudad se mantiene seca a medida que sube el nivel del mar.
- Según los últimos datos del Servicio de Cambio Climático de Copérnico, a nivel global, septiembre de 2019 fue 0,57 grados más cálido que el promedio de 1981-2010, tan cálido como el septiembre más cálido de todos los tiempos, que fue en 2016.
- Hizo más calor en gran parte de Europa, los Estados Unidos y el Ártico, pero no en todas partes. En Noruega y Suecia, en el suroeste de Rusia y en las repúblicas de Asia Central hizo más frío de lo habitual, como podemos ver en el gráfico que sigue.
- Normalmente, el hielo marino del Ártico alcanza sus niveles anuales más bajos en septiembre, y el mes pasado no fue la excepción. De hecho, en septiembre de 2019 se registró el tercer nivel de hielo marino más bajo de la historia, como marca la línea en azul del siguiente gráfico.
- La línea en rojo en el gráfico superior, muestra el promedio histórico para la misma época del año.
Mientras tanto, el último informe del IPCC dice que el nivel del mar está aumentando 3,6 milímetros por año, que ese aumento se está acelerando a medida que el hielo terrestre se derrite y que los océanos se expanden a medida que se calientan.
Tenemos proyecciones de un aumento del nivel del mar de un metro o más para finales de siglo, un efecto del cambio climático que amenaza directamente a las ciudades costeras de todo el mundo.
Pero, ¿qué se puede hacer para adaptarse? Viajamos a Rotterdam a ver cómo lo hacen allí.
Maeslantkering, en el sur de Holanda, es la barrera más grande del mundo para evitar olas producidas por tormentas. De veintidós metros de altura y construida de acero grueso defiende una gran parte de los Países Bajos contra el mar. Es una máquina increíble.
“Cuando se aproxima una tormenta, se produce una ola de tormenta. El agua sube cada vez más alto, si llega a más de 3 metros de altura, será peligroso para Rotterdam, en ese momento se cierra la barrera”, explica Jeroen Kramer, oficial de comunicaciones de Het Keringhuis, el centro de aguas públicas de la ciudad,
La barrera ayuda a proteger los grandes espacios de los Países Bajos que se encuentran por debajo del nivel del mar. Las puertas sólo han tenido que cerrarse para evitar inundaciones dos veces en 22 años.
Sin embargo, con el aumento del nivel del mar, la barrera puede tener que cerrarse una vez al año, y cada día que se cierra cuesta al puerto 10 millones de euros en ingresos perdidos.
Por lo tanto, para adaptarse, las autoridades portuarias están construyendo instalaciones en la costa que pueden funcionar en casi todas las condiciones climáticas.
La ciudad del delta utiliza diques y presas para mantener el agua a raya y está probando nuevas formas de manejar el exceso de agua, ya sea del mar, de las aguas subterráneas o de la lluvia.