Puerto Rico ya ha comenzado a vacunar a la población contra la COVID-19. Al igual que en Estados Unidos, la primera fase de vacunaciones busca inmunizar a quienes tienen que tratar en su trabajo diario con personas contagiadas por el coronavirus (el personal sanitario, fundamentalmente). La terapeuta respiratoria Yahira Alicea, la mujer que atendió a los dos primeros pacientes de COVID-19 que fueron hospitalizados en Puerto Rico, ha sido la primera en recibir el pinchazo. Uno de sus pacientes murió y eso la marcó profundamente:
“Estoy orgullosa de ser la primera puertorriqueña en recibir la vacuna. Espero que muchas personas me sigan y se vacunen porque eso es lo que queremos, que esta pandemia termine, que salgamos de este encierro y de la lucha que tiene todo el personal de salud. De verdad, muy orgullosa”, afirmó instantes después de ser vacunada. La campaña de vacunación, muy esperada en la isla, se retrasó un día con respecto a Estados Unidos debido a una petición de la gobernadora, Wanda Vázquez, que fue muy criticada en las redes sociales.
Con 3,2 millones de habitantes, Puerto Rico ha reportado más de 107.000 casos de COVID-19 y 1.280 muertes desde que comenzó la pandemia. El lunes llegaron en avión 16.500 dosis de la vacuna de Pfizer y 13.600 más llegarán a lo largo de la semana.
Hay quien duda de que este estado asociado de EEUU tenga capacidad para que se respete la cadena de frío en el almacenamiento y transportes de las vacunas, ya que desde el huracán María el sistema eléctrico sufre apagones de forma periódica. Está previsto que las distintas fases de vacunación concluyan a mediados del año que viene. El objetivo del Gobierno puertorriqueño es inmunizar al 70% de la población.