Perú supera los 40.000 fallecidos por la COVID-19.

A la espera de la vacuna, el diagnóstico temprano es la mejor manera de detener el avance de la enfermedad. Este martes, Perú recibía 75.000 pruebas rápidas de antígenos, donadas por el Gobierno alemán, para intentar detener la propagación entre las poblaciones indígenas. El embajador de Alemania en Perú, Stefan Herzberg, se las entregaba a la ministra de Salud, Pilar Mazzetti.

Nuevo confinamiento

La segunda ola golpea con fuerza al país suramericano desde principios de enero. Tras las fiestas navideñas, los contagios diarios pasaron de un millar a más de cinco mil, y las muertes se dispararon de un promedio de 40 diarias a más de un centenar. Cifra que esta última semana se ha duplicado. Ante esta situación, el Gobierno peruano ha decretado un nuevo confinamiento, para diez regiones, desde el domingo 31 de enero hasta el 14 de febrero.

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Escasez de oxígeno

Joaquín Rodolfo Pardavé es uno de los pacientes con COVID-19 atendido por estas brigadas nocturnas, en el distrito limeño de Ate. Su principal temor: la falta de oxígeno:

“Es uno de mis temores la falta de oxígeno. En Lima y en el Perú entero se sufre mucho la falta de oxígeno, se ven tantas colas y no es fácil (conseguirlo). Se tiene que hacer colas con mucha anticipación y cuando quieres comprar te venden a un sobreprecio que a veces ya los recursos económicos ya no te dan”.

En los últimos días, se han vuelto a ver largas filas de gente para comprar un cilindro de oxígeno medicinal, una nueva rutina para muchos peruanos.

Las autoridades tratan de evitar que vuelva a repetirse la falta de oxígeno en los hospitales, que el pasado junio provocó la muerte de muchos pacientes con COVID-19, según denuncias de familiares.