La excepción sueca ante el Covid-19. Mientras que la mayoría de los países europeos optan por el confinamiento y el cierre de comercios no esenciales, Suecia plantea medidas de contención mucho más relajadas.
Recomiendan el teletrabajo, el distanciamiento social, pero con esta incipiente primavera, las calles de Estocolmo están así de animadas.
Parece una apuesta muy arriesgada. A sus vecinos nórdicos les preocupa, pero no les sorprende, pues Suecia suele salirse de la norma.
Las autoridades suecas se han limitado a recomendar el distanciamiento social, aunque las escuelas, universidades, bares, restaurantes y los transportes públicos todavía están abiertos.
En Suecia se han limitado a prohibir por ley las reuniones de más de 50 personas.
En Suecia hay unos 6.500 casos y al menos 373 fallecidos por el coronavirus. Paradójicamente, la confianza de los ciudadanos en el sistema sanitario sueco ha aumentado.
El Gobierno apuesta por la responsabilidad individual, pero evita tomar mediadas draconianas que desplomen del PIB y aumenten el paro.