Se esperaba desde hace días y ha ocurrido. Irán se ha vengado de Estados Unidos por la muerte del general Soleimaní atancando dos bases que albergan soldados estadounidenses en Irak.
El Pentágono ha confirmado que más de una decenas de misiles balísticos, lanzados desde Irán, impactaron en las bases de Ain al Asad y Erbil, sin que por el momento se sepa si ha habido víctimas. En cocreto, la de Ain Al Asad alberga unos 1500 soldados estadounidenses y fuerzas de la coalición.
Guardianes de la Revolución: primer paso de su “dura venganza”
Los Guardianes de la Revolución han anunciado que este ataque es un primer paso de su “dura venganza” por el asesinato de su comandante Qasem Soleimaní, muerto el viernes pasado en un bombardeo selectivo de Estados Unidos.
También han adevertido a Estados Unidos de que no tome represalias si quiere “evitar más daños y no poner en peligro la vida desus militares”.
El jefe de la diplomacia iraní, Javad Zarif, confirmó la autoría iraní del ataque, que definió como una medida proporcionada de autodefensa. Asegura que Teherán no busca ni una escalada ni una guerra, pero que se defenderá ante cualquier agresión.
