El levantamiento de restricciones a la vida pública en Alemania por el coronavirus, iniciado el 20 de abril con una primera tanda de reaperturas y ampliado la semana pasada, ha registrado un dato preocupante, si bien debe tomarse con las debidas cautelas. El Instituto Robert Koch (RKI), encargado de vigilar la evolución de la pandemia en el país, indicó ayer que el factor de reproducción –es decir, el ritmo de propagación del virus– subió a 1,1, lo cual implica que de media cada infectado contagia a al menos otra persona.
Mantener esa tasa por debajo del 1 –como era hasta hace pocos días, en que llegó a caer al 0,65– es clave para contener la epidemia. El RKI alertó de que es pronto para sacar conclusiones, pero que el dato obliga a “observar muy de cerca las cifras de infecciones en los próximos días”. Ayer computaba 169.218 casos de coronavirus y 7.395 muertes.
En las marchas en varias ciudades contra las restricciones aún vigentes no se respetó la distancia de seguridad
Esta subida del factor de reproducción llega después de que, el pasado miércoles, el Gobierno federal y los 16 länder acordaran levantar más restricciones, que la canciller Angela Merkel aceptó visiblemente a regañadientes. Así, irán reabriendo de modo gradual grandes comercios, restaurantes y hoteles. Se autorizó además la reunión de personas pertenecientes a dos hogares.
También se acordó el mecanismo de regreso local a las medidas restrictivas si las infecciones repuntaran, tomando como criterio 50 nuevos contagios por cada 100.000 habitantes en 7 días en una zona. Los länder se comprometieron a aplicarlo en la ciudad, barrio o edificio donde se dé el repunte. Ayer constaba que se había superado ese límite en cinco lugares de: Baviera, Renania del Norte-Westfalia, Schleswig-Holstein y Turingia (uno por land, excepto Turingia con dos).
En la práctica, Alemania ha dado un acelerón a la reapertura, que sin embargo para algunos alemanes no va lo bastante rápido. Miles de personas se manifestaron el sábado en Munich, Stuttgart, Frankfurt, Colonia y Berlín contra lo que queda de medidas restrictivas. Hasta el 5 de junio siguen vigentes la distancia interpersonal de 1,5 metros, y la mascarilla obligatoria en el transporte público y dentro de las tiendas. Y hasta al menos el 31 de agosto no habrá eventos multitudinarios.
Hace semanas que se celebran estas manifestaciones, que el Tribunal Constitucional avala si se respeta la distancia física y otras reglas. Suele ir sobre todo gente de ultraizquierda o de ultraderecha, pero últimamente van también personas de otros ámbitos ideológicos. Alegan vulneración de derechos fundamentales. En varias marchas del sábado no se respetaron las distancias de seguridad. En Munich, donde se juntaron unas 3.000 personas, la policía optó por no intervenir.