Europa entera intenta ralentizar la segunda ola de contagios por coronavirus con medidas draconianas.
En Francia con más de 32.000 nuevos casos notificados el sábado, 20 millones de personas de la región de París y de otras ocho de las mayores áreas metropolitanas del país pasaron el sábado su primera noche de toque de queda sin contratiempos. Toque de queda desde las 21.00 hasta las 6.00 horas que indigna al sector de la restauración que pide al menos dos horas más de apertura.
En Alemania, que registró un nuevo récord con 7.830 contagios en 24 horas, la canciller Angela Merkel ha instado a sus conciudadanos a actuar unidos para contener el avance de los contagios como hicieron en primavera.
“La ciencia nos lo dice claramente. El avance del virus está directamente vinculado con el número de contactos, los encuentros que cada uno tiene. Si ahora cada uno de nosotros reduce significativamente el número de contactos fuera de su propia familia durante un cierto periodo de tiempo, podremos parar y revertir la tendencia en el incremento de infecciones”, dijo Merkel.
Mientras, en España uno de los países del mundo más afectados por la pandemia con más de 33.000 fallecidos, continúan las protestas contra las privatizaciones y los recortes en la sanidad pública.
El sábado la Coordinadora Antiprivatización de la Sanidad (CAS) movilizó a centenares de personas en las manifestaciones convocadas en 36 ciudades de todo el país.