Los cinco buques iraníes cargados de gasolina han empezado a llegar a Venezuela. El Fortune ha sido el primero en entrar en aguas territoriales del país suramericano tras cruzar el Atlántico.

A bordo de estos barcos viajan un millón y medio de barriles de combustible, en un envío con el que tanto Irán como Venezuela desafían abiertamente a Estados Unidos. Caracas además se mete en medio del grave pulso geopolítico que enfrenta a Teherán y Washington.

“Ha llegado el barco Fortune, el primero de cinco barcos que traen gasolina e insumos para poder hacer gasolina en Venezuela, como parte de un acuerdo integral, global, de cooperación que tenemos con la República Islámica de Irán -anunció el presidente Nicolás Maduro-. Somos dos pueblos pacifistas y pacíficos, que lo que queremos es nuestro propio desarrollo. Dos pueblos rebeldes, dos pueblos revolucionarios, que no nos vamos a arrodillar jamás ante el imperialismo norteamericano”.

Para Venezuela, el cargamento de gasolina iraní es un balón de oxígeno, aunque de muy corta duración, para hacer frente a la grave penuria de combustible que sufre el país, debido a la deterioro de su antaño poderosa industria petrolera y al duro embargo estadounidense.

Ariana Cubillos/Copyright 2020 The Associated Press. All rights reserved.
Un cartel advierte de que no queda gasolina en una estación de servicio de CaracasAriana Cubillos/Copyright 2020 The Associated Press. All rights reserved.

Los venezolanos aguantan colas interminables para llenar los depósitos de sus vehículos. En cuanto a la llegada de gasolina iraní, se muestran muy escépticos.

“Estamos haciendo cola desde medianoche para poder surtir gasolina, esperando a mañana domingo, que nos toca según la placa (…) Para mí no hace falta (la gasolina iraní). Yo no la quiero. Quiero producción nacional. Lo mío.”, asegura un hombre.

“Y si llega esa gasolina, la pregunta es a qué precio la van a poner. Porque si ponen el precio internacional nadie lo va a poder pagar”, afirman dos jóvenes.

Sin combustible, la economía venezolana se hunde todavía más. La gran incógnita es cuál va a ser la reacción de Estados Unidos y si va a permitir que continúen estos envíos. A eso se suma otra pregunta, cómo las vacías arcas venezolanas pueden permitirse pagar la gasolina iraní.