Con sus casi 30 000 kilómetros de vías fluviales, los ríos representan una de las grandes riquezas de Eslovenia. Sin embargo, el país balcánico ha sufrido inundaciones recurrentes en la última década, como la de noviembre de 2012 en la cuenca del río Drava. Dos de sus afluentes, el Mislinja y el Meža, se desbordaron, arrasando campos, carreteras y fábricas a su paso… Desde 2014, un proyecto europeo pretende reducir el riesgo de inundaciones provocadas por estos dos ríos.
“La zona aquí solía tener este aspecto. El cauce del río era más estrecho pero ahora hemos ampliado la zona por la que fluye el agua y hemos creado espacios a los que poder desviar agua en caso de que se produzcan crecidas”, declara Blanka Grajfoner, directora del proyecto contemplado para los ríos eslovenos.
Este plan pretende reforzar la protección de las zonas urbanas, industriales y agrícolas en torno a estos dos ríos. Cuenta con un presupuesto total de 25 millones de euros, de los cuales 3 millones son aportados por la Empresa Nacional de Suministro de Agua, y el resto, 22 millones, por la Política de Cohesión de la Unión Europea. La UE contribuye con un 80 % y Eslovenia con el 20 % restante.