Hoy ha comenzado en Estados Unidos la mayor campaña de vacunación que se recuerda en el país con el objetivo de acabar con la pandemia de la COVID-19. Los sanitarios que están en la primera línea del frente son los primeros en recibir la vacuna de Pfizer, que obtuvo el visto bueno de la FDA el pasado viernes. Tras ser inoculado en el Centro Médico Judío de Nueva York, el doctor El Dr. Yves Duroseau, jefe de medicina de emergencia del Hospital Lenox Hill, ha afirmado que se sentía bien y quiso dar las gracias:
“Yo quería estar aquí. Estaba emocionado por estar aquí. Por mí mismo, por mi familia, por mis pacientes. Por mi comunidad, por el mundo. Hoy es un día muy importante, un día muy esperanzador… Aún así, debemos seguir en el mismo camino para estar a salvo. Seguir respetando la distancia social, usar mascarillas, lavarnos las manos. Y muy importante, no reunirnos. Si hacemos todas esas cosas bien, derrotaremos a este virus”, sentenció.
Actos similares han tenido lugar en numerosos estados del país, que, recordemos, es el más afectado de todo el mundo por la pandemia: Ya han muerto unas 300.000 personas y esta última semana ha roto varios récords en número de fallecimientos e infecciones diarias.
La campaña de vacunación, que representa un desafío logístico colosal, se desarrollará por fases en función de la pertenencia a los llamados grupos de riesgo o al desempeño de funciones esenciales en la sociedad. Tras los trabajadores sanitarios que están en la primera línea del frente, serán vacunados los trabajadores esenciales, el personal escolar y los mayores de 65 años.
Después comenzará la segunda fase, destinada a inmunizar a quienes trabajan en la cadena alimentaria o el transporte público.
En la fase tres entran los trabajadores de industrias no esenciales pero importantes para el funcionamiento de la sociedad, como colegios, universidades, bancos, fábricas, etc.