El Ministerio de Defensa de Armenia publicó este domingo imágenes de sus fuerzas destruyendo tanques azerbaiyanos, en medio de una nueva escalada de tensión en la región de Nagorno Karabaj.

Previamente, el presidente armenio, Nikol Pashinián, declaró el estado de guerra y la movilización general.

Cerca de una hora antes, medidas similares fueron adoptadas por las autoridades de Nagorno Karabaj, una región reclamada por Azerbaiyán que funciona ‘de facto’ como un Estado independiente con fuertes vínculos con Ereván. El presidente de esa república autoproclamada, Arayik Harutiunián, afirmó que Nagorno Karabaj no quiere la guerra pero está preparada a ella y culpó al mandatario azerbaiyano, Ilhan Aliyev, de la posible “devastadora catástrofe humanitaria en la región”.

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Las declaraciones de Pashinián y Harutiunián tienen lugar después de que Bakú anunciara este domingo una contraofensiva “en toda la línea del frente” con Armenia en respuesta a un ataque por parte de Ereván. Según las declaraciones de las cúpulas militares de los dos países, ambas partes ya han perdido varios equipos. Asimismo, desde Bakú aseveraron que también hay muertos entre la población civil, sin precisar su número exacto.

Por su parte, el Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia llamó a Armenia y a Azerbaiyán a abstenerse de acciones militares.

Entre tanto, Turquía expresó su respaldo a Azerbaiyán y acusó a Armenia de iniciar el conflicto. “Condenamos enérgicamente el ataque armenio, que es una clara violación del derecho internacional y causó víctimas civiles”, afirmó la Cancillería turca en una declaración citada por Anadolu, y agregó que apoyará a Azerbaiyán “por todos los medios”.