Al menos diez palestinos muertos, todos miembros de una misma familia (ocho niños y dos mujeres) tras alcanzar un bombardeo israelí una casa al oeste de la ciudad de Gaza, según fuentes sanitarias en la Franja.
Se trata del mayor número de víctimas registrado en un sólo ataque en los últimos días.
Según testigos presenciales, al menos tres proyectiles cayeron en un edificio de tres plantas en los límites del campo de refugiados de Al Shati. La tareas de desecombro continuaban a primeras horas de este sábado.
El movimiento palestino Hamás respondió inmediatamente con el lanzamiento de varios cohetes hacia territorio israelí.
Las sirenas antiaéreas han sonado en poblaciones como Asdod o Askelón, al sur del país.
Naciones Unidas pide un alto el fuego inmediato.
“El secretario general (António Guterres) apela a todas las partes al inmediato cese de los combates en Gaza e Israel. La escalada militar en curso ha provocado un gran sufrimiento y destrucción. Se ha cobrado decenas de vidas civiles, incluyendo, trágicamente, muchos niños”, ha dicho el portavoz del secretario general de Naciones Unidas, Stéphane Dujarric.
Mientras en Jerusalén Este, al menos nueve personas han resultado heridas durante la detención del líder islamista, Kamal Jatib, de las que cuatro estarían graves.
La policía israelí habla de “resistencia violenta” de los vecinos de la zona, con cortes de carreteras, lanzamiento de piedras. Además algunos han abierto fuego contra los agentes con objetos incendiarios.
Los violentos disturbios se extienden como la pólvora por diversas ciudades palestinas, como Hebrón, en Cisjordania.
Hasta la fecha, las autoridades palestinas han confirmado la muerte de al menos 130 personas, entre ellas treinta niños, además de 900 heridos, mientras que otras nueve personas han fallecido en territorio Israelí por los ataques de las milicias.