Kuwait corre el riesgo de quedarse sin fondos líquidos a partir de noviembre para pagar los salarios estatales, que representan el 80 % de todos los empleos de esta superpotencia energética, advierte el ministro de Finanzas kuwaití, Barak Al Sheetan, según cita Bloomberg.
La economía del país atraviesa un duro período en el contexto de una fuerte caída en la recaudación por exportaciones de gas y petróleo, que aportan el 90 % de sus ingresos y actualmente se encuentran casi a la mitad en comparación con el pico registrado en 2014.
Si bien los precios de los hidrocarburos han remontado parcialmente la histórica caída ocurrida en abril de este año tras el acuerdo del grupo OPEP+, la crisis del coronavirus y la tendencia hacia la energía renovable mantienen deprimido el sector.
Un lastre económico
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Los subsidios a la vivienda, combustibles y alimentos—que rondan los 2.000 dólares mensuales para una familia promedio— junto con los salarios estatales, consumen cerca de los tres cuartos del gasto público, mientras se registra un déficit presupuestario por séptimo año consecutivo que ya se acerca a un rojo equivalente a 46.000 millones de dólares.
Ante esta situación, Al Sheetan urge al Parlamento a aprobar la emisión de deuda pública por un monto de hasta 65.000 millones de dólares. Sin embargo, el órgano legislativo, que es elegido por el pueblo, bloqueó la iniciativa a raíz de un conflicto estancado con el Gobierno, designado por el emir, en torno a escándalos de corrupción, detalla Bloomberg.
¿Hora de romper la alcancía?
Y mientras algunos proponen recurrir al Fondo de las Futuras Generaciones —que con sus estimados 550.000 millones de dólares sería el cuarto más grande a nivel global— para paliar el problema, los que se oponen a esta medida argumentan que sin una apropiada diversificación de la economía, estas reservas se agotarían en el transcurso de 15 a 20 años.
En opinión de Fawaz Al Sirri, que dirige la compañía de comunicación política y financiera Bensirri, “el sistema de creencia en Kuwait es que [el país] será rico para la eternidad”.
“Un día vamos a despertar y nos daremos cuenta de que hemos agotado todos los ahorros, no porque no hayamos revisado nuestro resumen bancario, sino porque lo miramos y dijimos que debe ser un error del banco, y luego compramos el último Rolex”, resumió.