Todos ellos ya tienen una respuesta a Lo que el viento se llevó . Ahí están Scarlett O’Hara (Vivien Leigh), Rhett Butler (Clark Gable), Margaret Mitchell (la autora del novelón Gone with the wind ) o Victor Fleming (director del larguísimo metraje). ¿Qué se llevó? Al unísono: el muro del presidente Donald Trump.
Hasta el 20 de enero del 2020, tercer aniversario de su toma de posesión en la Casa Blanca, el 45.º presidente de Estados Unidos había hecho más de 16.200 afirmaciones falsas o engañosas, según el cómputo que realiza The Washington Post , “algo inimaginable cuando creamos esta base de datos”, señaló este diario en uno de sus artículos.
Propuesta estrella
Cuando Trump pronuncia “muro” sus bases entran en éxtasis
Esto es suma y sigue. La capacidad de Trump para descifrar los hechos alternativos y la hipérbole carece de parangón en la política estadounidense y es algo consustancial a su personalidad, lo que provoca que haga el ridículo en más de una ocasión.
“Estamos construyendo el muro a una velocidad de récord”, proclamó el pasado martes en un mitin en Nueva Jersey, sobre su seña de identidad en el combate contra los que entran por la frontera con México. A la que dice “muro”, sus bases entran en éxtasis.
La respuesta se la dio la madre naturaleza, como si fuera una aliada de esos demócratas nada patriotas y socialistas que sólo pretenden derrocar al mejor presidente de la historia del país, sostiene Trump.
El día después de su acto electoral en Nueva Jersey, el viento se llevó una porción de la nueva construcción del muro fronterizo, entre la ciudad californiana de Calexico y Mexicali, al otro lado. Se desplomó hacia el país vecino. “Afortunadamente, las autoridades mexicanas respondieron rápido y fueron capaces de desviar el tráfico en las calles cercanas”, declaró el agente fronterizo Carlos Pitones al Los Angeles Times .
Así que no hubo que lamentar daños a la propiedad –excepto al sueño faraónico de Trump– ni a las personas. Esta sección de la barrera no es más que una parte del proyecto de la Administración Trump, que abarca más de 3.100 kilómetros de longitud en la franja que separa ambas naciones.
En el momento del percance, el vendaval alcanzó una velocidad de 48 kilómetros por hora, señaló el servicio meteorológico nacional estadounidense.
El hormigón de los anclajes seguía húmedo cuando se produjeron fuertes ráfagas de viento
Los paneles de acero instalados empezaron a saltar por los aires. Ya se habían puesto los anclajes de hormigón. Sin embargo, todavía no se habían secado lo suficiente cuando se produjeron esas ráfagas. Los paneles, de nueve metros de altura, volaron hacia México, el país que nunca deseó esa construcción.
Esas piezas se recuperaron para volver a instalarlas. “El CBP (agencia de aduanas y protección fronteriza) colabora con los contratistas del proyecto para mitigar el impacto de los fuertes vientos mientras continúa la construcción”, insistió Pitones.
Las fotos de ese punto muestran a los trabajadores con una grúa, en apariencia intentando arreglar el muro, que está ladeado.
Otra cosa que dijo Trump: “La barrera puede ser de acero en lugar de hormigón si funciona mejor”. En las redes se hizo la mofa y la burla hacia el promotor. El millonario Tom Steyer, uno de los aspirantes demócratas a las presidenciales de este 2020, tuiteó una frase del propio Trump, forjado en la industria del ladrillo, para su escarnio. “Soy propietario de edificios. Soy constructor. Sé cómo se construye. Nadie puede construir como yo construyo. Nadie. Y los edificios en Nueva York os dirán esto. Yo construyo el mejor producto”. Un matiz, en la Gran Manzana cada vez es más difícil saber de sus edificios porque los residentes han quitado su nombre.
Las redes sociales se llenaron de comentarios destructivos. “Simplemente señala y ríe”, escribió en su tuit Juan Escalante, activista por los derechos de los inmigrantes.
Hubo muchos. Otra usuaria escribió: “Todo lo que toca Trump muere”. Ya lo han advertido no pocos analistas, la democracia está en peligro. Lo que Trump se llevó.