Un terremoto de magnitud 6,3 en la escala abierta de Richter se registró esta medianoche (hora local) en Costa Rica, con epicentro en la frontera con Panamá, con la fuerza suficiente para causar víctimas y “daños significativos”, según ha informado el Servicio Geológico de Estados Unidos. Las autoridades están evaluando los posibles daños. El sistema costarricense de alerta de tsunamis ha descartado que exista riesgo de este tipo de fenómeno.
La Red Sismológica Nacional de Costa Rica (RSN), que eleva la magnitud del sismo a 6,7, ha indicado que el temblor se produjo a las 23.23 hora local, con epicentro a 11 km al este de Puerto Armuelles, una localidad panameña en la frontera con Costa Rica. El terremoto se originó a 31 kilómetros de profundidad y fue sentido en gran parte del país. En la capital, San José, el temblor se notó con fuerza y provocó caídas de objetos en residencias y negocios. El movimiento tuvo varias réplicas, algunas de 4,2 y 4,3 grados de magnitud, según la RSN.
Estamos en coordinación con la @CNECostaRica para determinar daños en el país ante el fuerte sismo sentido hace unos minutos. Recordamos a la población seguir los canales de información oficial ante emergencias nacionales.
— Carlos Alvarado Quesada (@CarlosAlvQ) 26 de junio de 2019
“Estamos en coordinación con la Comisión Nacional de Emergencias para determinar daños en el país ante el fuerte sismo sentido. Recordamos a la población seguir los canales de información oficial ante emergencias nacionales”, ha escrito el presidente de Costa Rica, Carlos Alvarado, en su cuenta oficial de Twitter. En otro mensaje en esta red social, Alvarado ha añadido: “Nos reportan que en diferentes puntos de la zona sur no hay electricidad. En este momento acabamos de iniciar con @GrupoICEcr el operativo para reestablecer el fluido eléctrico”.
Costa Rica y Panamá están en una zona del mundo de alta actividad sísmica y cada año registran cientos de temblores. En noviembre de 2017, un sismo de magnitud 6,5 en la costa pacífica de Costa Rica sacudió edificios en San José y contribuyó a la muerte de dos personas que sufrieron crisis cardiacas.