Al prisionero Benjamin Schreiber, de 66 años, le tuvieron que practicar la reanimación cardiopulmonar cinco veces en un hospital de Iowa en 2015. Pese a que el condenado a cadena perpetua por asesinato había dejado por escrito su deseo de que no lo resucitaran, según reclama, los médicos le salvaron la vida. Schreiber acudió el año pasado a los tribunales para que lo liberaran, argumentando que lo revivieron sin su consentimiento y que cuando “murió momentáneamente” su sentencia “expiró”. El tribunal de apelaciones de Iowa ha desestimado este jueves el caso, considerando que la reclamación del recluso es “poco convincente y no tiene mérito”.
“Schreiber todavía está vivo, en cuyo caso debe permanecer en prisión, o en realidad está muerto, en cuyo caso esta apelación es discutible”, escribió la jueza Amanda Potterfield. El recluso cumple cadena perpetua sin libertad condicional en la Penitenciaría del Estado de Iowa tras ser declarado culpable de asesinato por golpear con el mango de un hacha hasta causarle la muerte a John Dale Terry en 1996.
En marzo de 2015 el prisionero fue hallado inconsciente en su celda. Lo trasladaron al hospital donde descubrieron que unos cálculos renales le causaron intoxicación séptica, según los registros judiciales. El personal médico llamó a su hermano en Texas quien les ordenó que “si tiene dolor, pueden darle algo para aliviarlo, pero de lo contrario, deben dejarlo morir”, sostiene la petición del recluso citada por The New York Times. Los doctores le realizaron una cirugía para reparar los órganos dañados y trataron la intoxicación séptica con antibióticos. Schreiber alega que fue resucitado a pesar de las instrucciones de su hermano y su propia orden de “no resucitar” (DNR, por sus siglas en inglés) que dejó por escrito en el Departamento Correccional de Iowa.
Schreiber había presentado dos solicitudes para liberarse de la condena previa a este episodio. En 2018 lo volvió a intentar en el tribunal del condado de Wapello, argumentando de que había muerto momentáneamente en el hospital y que lo condenaron a cadena perpetua sin libertad condicional, “pero no a la vida más un día”, por lo que su encarcelamiento es “ilegal”. El tribunal desestimó el caso, pero no se refirió a la petición que hizo Schreiber sobre la violación a su voluntad de no ser reanimado. Esta semana el tribunal de apelaciones apoyó el fallo dictado por los jueces el año pasado, pero tampoco abordó el tema de la reanimación.