Está claro que los peruanos se encuentran orgullosos de su cultura. Hicieron extensas referencias a la misma durante las ceremonias que marcaron el principio y el fin del suceso deportivo más relevante que haya organizado su país en la historia.
Y luego de clausurar los Juegos Panamericanos el domingo, el país se enorgullecerá también de haberlos llevado a buen término sin mayores contratiempos.
Perú puso fin el domingo a la festividad deportiva del continente, que abarcó 18 días de competiciones, mediante un espectáculo en que participó un millar de artistas, antes de entregar la estafeta a Santiago de Chile, la sede de las justas continentales dentro de cuatro años.
En el Estadio Nacional, con una capacidad de 50.000 espectadores y el mismo recinto en que se realizó la inauguración el 26 de julio, el espectáculo de cierre hizo un recuento sobre la configuración del Perú actual, desde el surgimiento de la agricultura hasta la época actual, pasando por referencias a las culturas inca, y mochica, las distintas regiones de la nación, así como distintos bailes regionales.
“Esta noche celebramos a Lima, la nueva capital del deporte de América, con sedes deportivas dignas de los atletas más grandes del mundo y listas para servir a los jóvenes y ciudadanos del Perú” manifestó Carlos Neuhaus, presidente del comité organizador. “Los futuros campeones del deporte y de la vida, nuestra generación de oro, a todos los que nos ayudaron a lograr esta trasformación”.
Desfilaron deportistas de los 41 países participantes, en unos Juegos cuyo programa deparó el debut del surf y del fisicoculturismo. De 61 disciplinas deportivas, 21 repartieron boletos para los Juegos Olímpicos del año próximo en Tokio.
“A nuestros maravillosos voluntarios, gracias. Ustedes hacen que nos sintamos orgullosos”, destacó Neuhaus.
Con un costo de unos 1.200 millones de dólares en su organización, los Juegos se desarrollaron sin mayores imprevistos. Las mayores quejas de periodistas y atletas se limitaron a las condiciones meteorológicas, en uno de los inviernos más fríos de los que se tenga registro en Lima, con temperaturas que oscilaron en los 15 grados Celsius, alta humedad y un sol que apenas se asomó tímidamente durante un par de horas durante todo el transcurso de los Panamericanos.
Hubo también algunas quejas por el conocido tráfico vehicular de la capital peruana, incluso pese a una medida aplicada por el gobierno limeño con el nombre de “Pico y Placa”. La medida impidió en forma alternada la circulación de vehículos con placas terminadas en número par o impar durante las horas pico de la mañana y la tarde.
Así, los ciudadanos de Lima debieron también esforzarse en busca de que su fiesta deportiva más grande no defraudara. De ninguna manera lo hizo.
Eso sí, no tantos limeños se presentaron en las competiciones, dentro de recintos cuyos graderíos aparecieron muchas veces semivacíos.
Por lo demás, Lima 2019 representó una oportunidad para que muchos visitantes extranjeros conocieran más del Perú, desde su exquisita gastronomía hasta su música _pocos olvidarán la cumbia “Cariñito”, que resonó desde la ceremonia inaugural hasta la de clausura y se convirtió en himno extraoficial de los Juegos.
“Los mejores Juegos Panamericanos de la historia”, proclamó Neven Ilic, presidente de Panam Sports, la organización rectora de los Juegos, ante la aclamación del público.
Jorge Muñoz, alcalde de Lima entregó la bandera recién arriada de ese organismo a Ilic, quien a su vez la pasó al presidente chileno Sebastián Piñera. Con ello, recae ahora en Chile la responsabilidad de llevar a cabo el mayor evento deportivo en su territorio desde 1962, cuando fue sede del Mundial de fútbol.