Investigadores del Hospital Metodista de Houston analizaron recientemente la estructura del nuevo coronavirus, que infectó a los habitantes de la ciudad norteamericana en dos oleadas, y notaron que las muestras más recientes presentan una cepa más contagiosa tras sufrir una mutación. “Esa mutación ayuda a que el virus se propague más rápido”, indicó el doctor Jim Musser, presidente de patología y medicina genómica del centro, citado por ABC13.
En su nuevo estudio, que aún no ha sido revisado por pares y fue publicado este miércoles en el servidor de preimpresión MedRxiv, los científicos examinaron más de 5.000 genomas del coronavirus que fueron recuperados en la fase más temprana de la pandemia registrada en la ciudad de Houston y una ola de infecciones más reciente que aún permanece en curso.
Detectan un factor climático determinante para la propagación del coronavirus
Tras el análisis, los expertos llegaron a la conclusión de que casi todas las cepas presentes en la segunda ola habrían experimentado una mutación, conocida como ‘D614G’, que aumenta el número de “picos” en el virus con forma de corona y que, a su vez, le permiten unirse a las células e infectarlas.
Más contagioso, pero no más letal
A pesar de que los investigadores estadounidenses hayan determinado que los pacientes infectados con la cepa mutada presentaban cantidades significativamente más altas de coronavirus, no encontraron evidencia de que las mutaciones lo hayan vuelto más letal.
Por otra parte, el equipo señaló que algunas regiones de la proteína de pico, el objetivo principal de las vacunas contra el coronavirus, mostraron varias mutaciones y podría ser una señal de que el virus está cambiando para evadir la respuesta inmune del cuerpo. “La única mutación en la proteína pico da como resultado una mayor cantidad de virus en el tracto respiratorio superior y eso probablemente ayude a que se propague más rápido, pero no hace que parezca que cause una enfermedad peor o que invade mejor”, aseguró Musser.