El multimillonario Jeffrey Epstein fue acusado hace diez años en Florida de abusar sexualmente de docenas de niñas, pero tras un acuerdo secreto con la fiscalía apenas visitó la prisión.
Según una de las demandas, Epstein contrató, a través de reclutadoras, adolescentes necesitadas económicamente para que le hicieran “masajes” que derivaban en abusos sexuales. Luego les pagaba 200 o 300 dólares.
Residente en Palm Beach, Epstein es un adinerado financista que se codea con la élite económica y política estadounidense.
Epstein hizo un trato secreto con el entonces fiscal federal Alexander Acosta sin que las víctimas fueran informadas. Acosta es ahora secretario de Trabajo de Donald Trump y algunos piden su renuncia.
El acuerdo de “no-judicialización” de 2008 determinó que el multimillonario, que entonces tenía 54 años, se declarara culpable sólo de dos cargos de prostitución y pasara 13 meses en una prisión del condado.
Epstein pasó casi toda su condena fuera de su celda, en su oficina de Palm Beach, debido a “privilegios laborales” que obtuvo a pesar de ser un predador sexual, de acuerdo a la investigación del Miami Herald.