Un ciberchantaje está provocando una grave crisis energética en EE.UU. Los conductores de estados del este y sur del país han entrado en pánico por el corte de suministro de petróleo. Largas colas, mientras numerosas estaciones de servicio se han quedado secas, agotadas sus reservas.
El ataque informático, perpetrado hace unos días por un grupo denominado DarkSide a la empresa Colonial Pipeline, ha causado el cierre de oleoducto que conecta Texas con Nueva Jersey. Consiste en una instalación de casi 9.000 kilómetros, un conducto que transporta el 45% del combustible (gasolina, diesel y productos refinados) que se consume en la costa este. Este contratiempo también pone a las aerolíneas en situación vulnerable.
El chantaje informático del oleoducto entre Texas y Nueva Jersey se atribuye a un grupo que opera desde Rusia
Si bien el presidente Joe Biden aseguró que, según fuentes de inteligencia, DarkSide operaba desde Rusia, matizó que no existe confirmación alguna de que el Kremlin estuviera detrás. El propio grupo señaló que su finalidad no era política, sino económica, esto es, sacar un buen botín.
Biden es más que consciente de que el precio de la gasolina ejerce de termómetro de la salud del Gobierno en Estados Unidos. El gallón (3,785 litros) superó de media nacional este miércoles los tres dólares, una situación que no sucedía desde el 2016.
La secretaria de Energía, Jennifer Granholm, urgió a evitar el pavor por el desabastecimiento y rogó que no se acumule combustible. “Igual que no había motivo para acaparar papel higiénico al comienzo de la pandemia, tampoco lo hay para acaparar ahora gasolina”, subrayó.Lee también
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Su aviso llegó cuando el consumo se había incrementado un 20% este martes respecto a siete días atrás, con picos del 40% en Florida, Georgia o Carolina del Sur. En concreto, en Georgia se quedaron sin servicio 240 estaciones (5% del total del estado). En Virginia y Carolina del Norte esa cifra ascendió al 7,5%.
“Sabemos que disponemos de gasolina, solo tenemos que conseguir que llegue al lugar correcto”, remarcó Graholm.
La compañía anunció el reinicio de las operaciones este miércoles por la noche. Pero pidió cautela porque, advirtió, su puesta en funcionamiento a pleno rendimiento tardará unos días.
La Casa Blanca anunció la adopción de medidas de emergencia. El Departamento de Transporte comunicó que, bajo la declaración de desastre, permite el uso de carreteras interestatales en diversos estados (Alabama, Georgia, Kentucky, Luisiana, Maryland, Misisipi, Nueva Jersey, Carolina del Norte, Tennessee y Virginia) para el transporte con exceso de peso de cargas de gasolina y otros combustibles.
Además, la agencia de protección medioambiental decretó suspensiones sobre emisiones para aliviar la falta de suministro. La administración marítima concluyó su evaluación para una exención en la legislación que obliga a que las cargas entre puertos nacionales, incluido el combustible, las realicen buques con bandera estadounidense. En caso de que la disrupción fuera a más, incluso se plantean el transporte ferroviario para la gasolina.
El pasado año se denunciaron uno 2.500 casos de secuestros de datos en este país. El ataque al oleoducto coincide con el empeño de Biden por sacar adelante una reforma de las infraestructuras de 2,3 billones de dólares.