La emigración desde el África subsahariana a Europa y a Estados Unidos aumentó un 30% en lo que va de década. Es la región del mundo donde más ha crecido el fenómeno, solo por detrás de Oriente Próximo (39%), con la guerra de Siria como foco principal del abandono forzado de personas de sus hogares. Desde 2010, al menos un millón de subsaharianos se han instalado legalmente en la Unión Europea y otros 400.000 en EE UU, según un estudio del Pew Research Center difundido este jueves. El informe también revela que un 40% de los que viven en esa región, donde la extrema pobreza es la más alta del mundo, quiere emigrar a otro país.
El extendido deseo de instalarse en el extranjero indica que las llegadas de subsaharianos a los países vecinos y a lugares más lejanos como Europa o incluso remotos como Estados Unidos no tienen visos de remitir. Nigeria llama especialmente la atención porque un 74% de los encuestados por el Pew en el país más poblado de África (181 millones de habitantes y una tasa de fertilidad que desciende pero está en 5,6 hijos por mujer, según el Banco Mundial) aseguró que “se iría a vivir a otro país”. Un 38% de los nigerianos respondió que “tie subsaharianos con más emigrantes aportan, revela unos elevados porcentajes de ciudadanos con planes de buscarse la vida en el extranjero en el próximo lustro en Senegal (44%, 15 millones de población), Ghana (42%, 28 millones), Sudáfrica (22%, 56 millones) y Kenia (19%, 48 millones). Los senegaleses son los únicos que prefieren Europa a EE UU como destino. En el caso de Ghana destaca que el 6% de su población se inscribió en 2015 en la denominada lotería de la diversidad de EE UU (es un sistema por el que se sortean 50.000 plazas anuales para emigrar legalmente y que Trump pretende eliminar)
Al margen de deseos y planes, en la práctica, el 75% de los subsaharianos que abandonaron su hogar en 2017 se quedó en el continente, según un informe reciente de Naciones Unidas, en colaboración con el Centro de Investigación Agrícola para el Desarrollo (Cirad). Esto contrasta con el 90% de norteafricanos que eligieron Europa.
Los motivos que impulsan el deseo de emigrar son evidentes: la creciente competencia por los empleos en unas economías precarias donde las tasas de natalidad se mantienen elevadas y la inestabilidad política, que desde el inicio de la década se ha traducido en que la cifra de desplazados internos se ha duplicado y que los refugiados que han tenido que huir más allá de sus fronteras han aumentado hasta los 2,3 millones como recuerda el Pew.
Las cifras del millón que ha emigrado a Europa y los 400.000 de EE UU no incluyen a los inmigrantes sin papeles por lo que, sobre todo en el caso europeo (adonde es más fácil llegar irregularmente que a la primera potencia del mundo), son una aproximación de mínimos. “Los flujos de subsaharianos que describimos en el informe son solicitantes de asilo, la mayoría de los cuales lo ha pedido en los países del sur de Europa tras llegar a sus costas.
“Pero desgraciadamente no tenemos una fuente de los flujos completos a la UE, Noruega y Suiza”, precisa el investigador Philip Connor. El estudio incluye a los que han pedido protección internacional (que obtienen cobertura legal mientras se tramita su solicitud y que la pierden si se les deniega), a subsaharianos que han emigrado para reunirse legalmente con parientes que ya estaban en países de destino y a los que fueron reasentados (refugiados que han llegado desde un tercer país de la mano de la ONU).