WASHINGTON.- El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, informó que habló con su homólogo ruso, Vladimir Putin, reelecto el domingo, acerca de la posibilidad de reunirse con él “en un futuro no muy distante”.
“Lo felicité por su victoria electoral”, contó Trump de la Oficina Oval. “La llamada también tuvo que ver con que probablemente nos reuniremos en un futuro no muy distante”, agregó, mencionando, entre los temas a discutir, la carrera armamentista, Ucrania, Siria o incluso Corea del Norte.
“Los líderes se pronunciaron a favor del desarrollo de una cooperación práctica en diferentes esferas, lo que incluye la necesidad de garantizar la estabilidad estratégica y la lucha contra el terrorismo internacional”, señaló el Kremlin en un comunicado.
Putin, el ineludible líder de Rusia
Y, en particular, “se subrayó la importancia de coordinar los esfuerzos para evitar una carrera armamentista”, agregó.
En cuanto a la crisis norcoreana, Putin y Trump expresaron su satisfacción por “cierta reducción de la tensión” ocurrida en la península y consideraron conveniente proseguir los esfuerzos para solucionar el problema “por medios pacíficos y diplomáticos”.
Los mandatarios también intercambiaron opiniones sobre “cooperación económica” y mostraron interés en la activación de los intercambios comerciales.
“En general, la conversación tuvo un carácter constructivo y estuvo dedicada a superar los problemas que se han acumulado en las relaciones ruso-estadounidenses”, apunta la nota oficial.
Trump es el último de los mandatarios de potencias mundiales en felicitar a Putin por su histórica victoria en las presidenciales del domingo, donde fue reelegido para un cuarto mandato de seis años con más del 76 % de los votos.
Antes ya le habían congratulado por la victoria electoral la canciller alemana, Angela Merkel; el presidente francés, Emmanuel Macron; el chino, Xi Jinping; además de los dirigentes de Japón, la India o Irán.
La que aún no ha felicitado a Putin es la primera ministra del Reino Unido, Theresa May, que ha acusado a Moscú de estar detrás del envenenamiento en territorio británico del espía doble Serguéi Skripal y su hija.