Mozambique se ha convertido en un punto de parada importante para los traficantes de heroína, que usan sus tortuosas rutas para transportarla desde Afganistán hasta Europa.
Y en parte importante este comercio ilegal ha crecido gracias a WhatsApp, la aplicación de mensajería más usada en el mundo.
Las leyes cerraron vías más directas y la travesía es larga: la droga viaja desde Afganistán hasta la costa sudoccidental de Pakistán, desde donde es trasladada por barcos tipo dhow (veleros tradicionales) hasta la costa norte de Mozambique.
Los veleros quedan anclados en el mar y unos botes más pequeños llevan el producto hasta la playa, desde donde es recogida y transportada a almacenes.
Luego es empacada en pequeños camiones y viaja 3.000 km en carretera hasta Johannesburgo, Sudáfrica. Y, desde allí, otros barcos la llevan hasta Europa.
Cada velero transporta una tonelada de heroína. Y llega al menos uno todas las semanas, excepto durante la temporada del monzón, cuando se generan unas 40 llegadas al año.
La heroína también ingresa al país a través de contenedores, en los puertos mozambiqueños de Nacala y Beira, escondida entre otras mercancías, como lavadoras.
En total, esto significa, que al menos 40 toneladas de heroína atraviesan el país cada año, según los expertos.
Yo calculo que la droga cuesta unos US$20 millones por tonelada en ese punto de la ruta, haciendo que sea la segunda exportación más valiosa del país, después del carbón.
Las mayores exportaciones de Mozambique:
- Carbón – US$687 millones (2016)
- Heroína – US$600-800 millones (cifra estimada)
- Electricidad – US$378 millones (2016)
- Aluminio – US$378 millones (2016)
- Gas y petróleo – US$307 millones (2016)
Fuente: Gobierno de Mozambique; Joseph Hanlon
Del valor total de la exportación, se calcula que unos US$100 millones se quedan en Mozambique en forma de ganancias, sobornos y pagos a miembros del gobernante partido Frente de Liberación de Mozambique (Frelimo).
Desde el año 2000, el comercio de heroína ha sido gestionado por empresas de importación establecidas, que ocultan las drogas en envíos legítimos y usan sus propios almacenes, personal y vehículos para facilitar el traslado.
En los puertos, a los trabajadores les piden no escanear los contenedores de ciertas compañías para que las drogas no sean descubiertas.
Implicaciones políticas
Las principales figuras del Frelimo tienen una visión general del negocio, lo cual significa que no hay conflicto entre las familias que trafican y los restos de heroína que se quedan en el país.
El vocero de la policía Inacio Dina dijo que las autoridades lo están investigando. Aseguró que la policía está haciendo todo lo que puede para frenar el narcotráfico, pero admitió que el desafío es grande.
“Debemos comprender que la ubicación geográfica del país, con una larga costa y grandes fronteras terrestres, abren varios escenarios“.
La comunidad internacional prefiere ignorar el comercio de heroína porque quiere concesiones y reformas en otras áreas, como un papel mayor para el sector privado.
Pero ha surgido una rama del narcotráfico menos estructurada, que toma prestadas ideas de la llamada economía gig, que permite que los trabajadores autónomos sean contactados a través de aplicaciones móviles para ver si están disponibles.
Esto se ha visto facilitado por la mejora de la cobertura celular en el norte del país, el crecimiento de WhatsApp y su sistema de encriptación de mensajes, además de por el incremento de la corrupción en Mozambique.
Red secreta
En el caso del comercio de heroína, el propietario de un bote o un conductor suele recibir un mensaje de WhatsApp en el que le indican dónde recoger y enviar un paquete de heroína, y cómo cobrará.
Nadie sabe la identidad de la persona que envía el mensaje o su ubicación. Pero para quienes coordinan ese comercio, gestionar el movimiento de 20 kg de heroína es tan fácil como pedir un Uber, y totalmente secreto.
Hace dos décadas, agentes corruptos de la policía habrían acompañado a los conductores con cargamentos de heroína viajando del norte al sur de Mozambique, para asegurarse de que no les hacían parar en los numerosos controles policiales.
Pero ahora, con los celulares, a los conductores les dan un número para llamar si les detienen. Aunque la corrupción es mayor y ahora los conductores reciben una suma de dinero para pagar sobornos en los controles.
El dinero que queda cuando llegan a Johannesburgo sirve para pagar el viaje.
No se incauta heroína en Mozambique, pero hay confiscaciones cerca de la frontera con Sudáfrica porque a las autoridades allá les preocupa el aumento de su consumo en Ciudad del Cabo y en otras grandes ciudades.
Esas incautaciones demuestran que la heroína se suele marcar y precintar en paquetes de 1 kg en Afganistán, aparentemente para evitar que sea adulterada durante la larga ruta. Entre los nombres que se usan están 555, Tokapi y Africa Demand.
En este nuevo mundo de las aplicaciones de mensajería encriptadas, un comprador en Europa también puede hacer un pedido de 100 kg de 555 con un distribuidor en cualquier parte del mundo.
El distribuidor reúne suficientes pedidos para completar una tonelada en un barco y comienza la recolección en Mozambique y el envío a un almacén, contactando a coordinadores locales a través de WhastApp o una aplicación similar.
En el almacén, la tonelada se divide de nuevo en diferentes pedidos, que son enviados a Johannesburgo.
De hecho, el tráfico de heroína de Mozambique se parece al de cualquier otro producto. Es solo otro producto que viaja a través del país, coordinado por organizaciones multinacionales.