irueta hacia adelante, giro hacia atrás y salto al vacío para aterrizar en el tejado de un edificio devastado por la guerra en Alepo, Siria.
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Lejos de dejarse desmoralizar por la peligrosidad del terreno, los habilidosos del parkour escalan y se cuelgan de paredes y ventanas antes de lanzarse al vacío y aterrizar en una montaña de escombros, encadenándolo todo con una serie de rápidos movimientos.
En una calle cubierta de arena y bordeada de cascotes, salen volando por los aires para caer unos metros más lejos y volver a despegar.
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En la ciudad de Medio Oriente se practica este deporte desde 2014, y actualmente lo hacen unas 200 personas.
“Empecé a practicar el parkour para alejar las malas energías y las tensiones psicológicas”, dice Omar, uno de los traceurs.
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“Practicar este deporte en Alepo tiene el objetivo de vencer el miedo, sobre todo que el parkour se hace en zonas peligrosas y que no están previstas para esta práctica”, agrega.
AFP PHOTO / George OURFALIAN
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