Una sequía histórica y el antecedente más grave del cambio climático en Francia. La falta de agua atraviesa todo el territorio francés y jamás pasó antes.
La primera ministra Elisabet Borne activó la célula interministerial de crisis el viernes a causa de esta “situación histórica de carencia” de agua que atraviesa el país, en medio de poderosos incendios de miles de hectáreas. Un centenar de comunas no tienen más agua potable en estas horas. Una situación que jamás se había visto y va a forzar a un racionamiento del agua en el país.
Esta sequia está ligada a los brutales incendios, que se incendian por el calor sofocante que hace, y la falta de lluvias. Desde una botella dejada en un basurero a pastos muy secos, cualquier elemento puede provocarlos ante las altas temperaturas que se registran. Este jueves se llegó a los 40 grados en París. Se espera otra ola de calor desde el lunes.
No tiene signos de que la sequía mejore y demuestra hasta dónde se ha implantado brutalmente el cambio climático en Europa y su vinculación con los incendios en los últimos meses.
Borne anunció el viernes que se activaría “la unidad de crisis interministerial para hacer frente a esta peor sequía jamás registrada en nuestro país”.
Al mediodía, el ministro para la Transición Ecológica, Christophe Béchu, dijo que “más de un centenar de municipios en Francia hoy no tenían más agua potable”. Una situación “histórica”, en sus palabras.
Llevar agua en camiones
Los municipios sin agua se abastecen con camiones. Foto: AP
“En estos municipios”, precisó el ministro durante una visita a los Alpes-de-Haute-Provence, “hay suministros que se hacen con camiones de agua potable que se transportan, ya que no queda nada en las tuberías ni en los canales”.
“El reto es endurecer una serie de restricciones para evitar llegar” a esta situación.
Centenares como Seillans
Seillans, en la región de Var, es un pueblo abastecido de agua potable, en plena Provence francesa. Un enclave muy turístico, con sus pequeños hoteles de charme y turistas, que practican el hiking y el reposo en plenas vacaciones de verano europeas.
“Temo que otros pueblos se encuentren en la misma situación” dijo su alcalde, René Hugo. Todos los días deben llegar camiones con agua a abastecerlos y se debe racionar su distribución equitativamente.
Lo que queda de agua en el lago Le Broc, en Francia. Foto: Reuters
Si bien fue reconocido como uno de los pueblitos más lindos de Francia, es un clásico “village”, “colgado” en las cercanías de las montañas del Esterel y el sur de los Alpes, cuyos limites son las playas de Cannes y St Raphael, sobre el Mar Mediterráneo. Muy cerca de la costa Azul, el paraíso turístico de Francia, donde hoy hay millones de turistas tras la pandemia, con el riesgo de que los afecten las restricciones.
La reacción del Gobierno se justifica por el hecho de que “las previsiones meteorológicas apuntan a que la situación podría prolongarse durante los próximos 15 días, o incluso volverse aún más preocupante”.
El gobierno alerta
Sin mencionar la obligación o la restricción, el comunicado de prensa llama a todos los franceses a “estar muy atentos al uso de nuestros recursos hídricos”.
“Se han tomado y se tomarán medidas restrictivas donde sea necesario para garantizar los usos prioritarios de la salud, la seguridad ciudadana y el abastecimiento de agua potable”, precisó el palacio de Matignon, sede del gobierno.
Al menos 93 departamentos estaban sujetos a restricciones de agua, 62 de los cuales se consideran “en crisis”, el máximo nivel de alerta. Desde el miércoles se les han sumado Creuse y Nièvre.
En este máximo nivel de alerta está prohibido el riego de césped, vehículos o el riego de cultivos, así como el llenado de tanques o piscinas.
Hyeres, sobre el Mediterráneo, es una de las ciudades mas tocadas por la sequía. Está en alerta desde el 4 de julio: Ha cortado las fuentes de las plazas, las duchas de la playa, se ha prohibido llenar las piscinas, lavar los autos o embarcaciones. Es la cultura de la falta de agua, que la gente que vive allí ya ha aceptado.
La sequía histórica empujó a los franceses a una cultura de falta de agua. Foto: Reuters
El debate también está en marcha en las redes sociales en torno a las exenciones otorgadas a los campos de golf, que aún pueden regar sus greens , incluso cuando el departamento que los alberga está en “crisis de sequía”.
Las medidas a adoptar
Esta célula de crisis gubernamental debe permitir “garantizar la retroalimentación periódica de los Prefectos de Departamento de las áreas más afectadas, anticipar la posible activación de los planes ORSEC + agua + para las aglomeraciones afectadas y coordinar las medidas de seguridad civil necesarias (abastecimiento de agua para municipios, entrega de agua potable)”, según esta fuente del gobierno .
También monitoreará “los impactos de esta sequía para nuestra infraestructura de producción y transporte de energía y para nuestro sector agrícola, en particular el sector ganadero”.
EDF, la empresa de electricidad francesa, también podría reducir aún más su producción de electricidad nuclear en los próximos días, o incluso cerrar un reactor en la central eléctrica de Tricastin (Drôme) , debido a las altas temperaturas de los ríos. La electricidad francesa es nuclear.
Les Brenets con el cauce seco de su lago del mismo nombre Foto: Fabrice Coffrini / AFP
La primera ministra Elisabeth Borne pidió a los prefectos que reúnan, “a partir de la próxima semana, en cada zona de tensión las comisiones locales del agua y, donde existan, las demás estructuras locales de consulta para la gestión del agua” con el fin de definir “la priorización de usos”, en caso de necesidad”.
La cuestión de compartir los usos del agua agita a la clase política. El viernes por la mañana el diputado de LFI, Manuel Bompard, consideró que era “una cuestión de justicia”.
“Cuando hay problemas de tensión por el uso del agua, hay que favorecer los usos necesarios para la vida de todos, y no el ocio de unos pocos” dijo. Criticó el riego de los campos de golf .
Navegación fluvial en problemas
A Francia y Europa la atraviesan ríos y canales, donde se transportan mercancías. El transporte fluvial también se ve afectado: en el Rin, los barcos deben aligerarse en un tercio por “los problemas de hundimiento”, según Voies Navegables de Francia. Cerca de 600 km de canales están cerrados, particularmente en el Gran Este y Borgoña, lo que afecta las actividades náuticas.
La cuestión de los recursos hídricos se plantea también en las zonas turísticas, que ven aumentar su población con fuerza durante el período estival, cuando el recurso escasea.
Vista aérea de un algo seco en Francia. Foto: Fabrice Coffrini / AFP
Julio sufrió una sequia inquietante y sin signos de mejora.
“Una combinación de dos factores vuelve a la situación preocupante” explicó Cyrille Duchesne, meteoróloga de La Chaîne Meteo
.”Nosotros conocimos un invierno y una primavera particularmente secos, si bien comenzamos un verano con las capas freáticas muy bajas. A esto se suma una estación de verano con “canícula” y una ausencia durable de lluvias. Todo el país está afectado. En este sentido, la sequía será peor y más difícil que la de 1976, que había afectado el noreste de Francia” dijo.
La Costa Azul
La situación es preocupante en Var, en la Costa Azul, pero también en Poitou Charentes, y en Bourgogne Franche Comté. La falta de lluvia allí bate todos los récords.
El temor es que la falta de lluvias seque los ríos y los lagos y degrade el ecosistema.
Hay 70 comunas en Francia más amenazadas por los incendios, según el índice del Fuego Meteorológico en los alrededores de cada ciudad y a 15 kilómetros de sus alrededores .Este indicativo está especificado para el año 2030 al 2050.
Las diez principales con mayores riesgo de incendio son Arles, Avignon, Perpignan, Hyeres,Nimes, Marseille, La Seyne sur Mer, Aix en Provence, Toulon y Narbone, casi todas en el sur de Francia.
París, corresponsal