El presidente Donald Trump declaró este viernes la emergencia nacional por una crisis en la frontera sur de Estados Unidos, que según los datos y los expertos, no existe. En contraste a su anuncio, se registró otra matanza, esta vez en Aurora, ciudad de Illinois en el entorno metropolitano de Chicago. Esta nueva demostración de la epidemia armada que sufre este país, y que no merecer la declaración de emergencia desde la Casa Blanca, dejó seis muertos, sin contar el pistolero, “neutralizado” por la policía.
Fue el séptimo difunto, caído en el fuego cruzado con los uniformados. Cinco agentes resultaron heridos. Se hallaban estables y todo apuntaba que sobrevivirían.
El autor fue identificado como Gary Martin, de 45 años, que entró armado en los almacenes de la empresa Henry Pratt, según explicó en rueda de prensa Kristen Ziman, jefa de la policía de Aurora. Había al menos treinta personas en el interior de esas naves industriales cuando Martin, un trabador o ex trabajador de esa firma, irrumpió con una pistola que llevaba un láser verde en el punto de mira. Abrió fuego de manera indiscriminada.