SAN PABLO.- Miles de seguidores del presidente Jair Bolsonaro pidieron el miércoles a los militares que mantengan al mandatario ultraderechista en el poder a pesar de que este se mostró ayer dispuesto a entregar las riendas a su rival de izquierda Luiz Inacio Lula da Silva, tras romper el silencio en declaraciones que generaron fracturas en el entorno familiar, según reportaron medios locales.
Los defensores del presidente se concentraron bajo la lluvia frente al Comando Militar del Este en Río, uno de los ocho cuarteles generales regionales del ejército, alzaron los puños, ondearon banderas y corearon lemas como “fuerzas armadas salven a Brasil” y “El pueblo, unido, jamás será vencido”.
Los simpatizantes de Bolsonaro encabezaron protestas también en cuarteles de San Pablo, en las que llevaron la bandera amarilla y verde de Brasil sobre sus hombros, tocando bocinas y cantando consignas contra Lula.
“Esperamos que el ejército intervenga en esta situación, sabemos que esas elecciones fueron fraudulentas”, dijo Reinaldo da Silva, de 65 años, un trabajador estatal jubilado en una protesta en la entrada de un cuartel del ejército en San Pablo.
Se realizaron manifestaciones similares en cuarteles en un total de nueve estados y la capital Brasilia, según el portal brasileño UOL. El Ministerio de Defensa de Brasil no respondió de inmediato a una solicitud de comentarios.
Las fuerzas armadas, que tuvieron un amplio papel bajo el gobierno de Bolsonaro, han asegurado que “los generales de cuatro estrellas están ´sentados´ en la Constitución” y que “el clima es absolutamente normal. La vida continúa”, tras conocerse los resultados de los comicios.
Bolsonaro, un excapitán del ejército, ha cultivado fuertes lazos con los militares desde su elección en 2018, ganándose la simpatía política de algunos de los altos mandos.
En tanto, los conductores de camiones, que desde hace días protestan por la derrota de Bolsonaro con bloqueos de carreteras, los mantienen a pesar de la orden de la Corte Suprema de desmantelarlos, aunque las autoridades brasileñas avanzaban este miércoles en sus esfuerzos por despejar las rutas.
La Policía Federal de Carreteras (PRF) de Brasil dijo que manifestantes estaban bloqueando las rutas parcial o totalmente en 156 lugares hasta el miércoles por la mañana, por debajo de los 190 de la noche anterior.
Aunque el total de protestas es menor que en días anteriores, es probable que sigan interrumpiendo la distribución de combustible, la producción de carne, las entregas de alimentos a los supermercados y los envíos de granos a los puertos.
Anvisa, la agencia nacional de salud, advirtió que los bloqueos podrían provocar escasez de suministros médicos.
Unos 601 bloqueos habían sido despejados en todo el país el miércoles, dijo la policía, aunque las rutas seguían cortadas o parcialmente cortadas en 15 de los 26 estados de Brasil, sobre todo en Santa Catarina y Mato Grosso, donde Bolsonaro tiene un fuerte apoyo popular.
El Ministerio de Justicia dijo el miércoles que se habían emitido más de 900 multas contra conductores que están participando en las protestas y utilizando vehículos para bloquear las carreteras.
Bolsonaro aseguró el martes que las protestas eran el resultado de la “indignación y la sensación de injusticia” por la votación, en la que fue derrotado por su rival izquierdista Lula da Silva el domingo, y no pidió explícitamente a sus partidarios que retiraran los bloqueos o abandonaran las protestas.
El mandatario se negó a felicitar a Lula da Silva por su victoria, pero aseguró que aceptaría “todos los mandamientos de la Constitución”, lo que generó fracturas en su entorno.
El senador Flavio Bolsonaro, legislador por Río de Janeiro y el primer hijo de Bolsonaro, respaldó que su padre acepte la victoria de Lula en el ballottage, lo cual no ha ocurrido de forma explícita hasta el momento.
“¡Gracias a cada uno de los que nos ayudaron a rescatar el patriotismo, que oraron, rezaron, salieron a las calles, dieron su sudor por un país que va bien y le dieron a Bolsonaro la mayor votación de su vida! ¡Levantemos la cabeza y no renunciemos a nuestro Brasil! ¡Dios al mando!”, publicó en su cuenta de Twitter Flavio Bolsonaro.
En cambio, su hermano, el diputado Eduardo Bolsonaro, reelecto por el estado de San Pablo, se opuso al reconocimiento del triunfo de Lula y días antes de los comicios propuso que sean postergados, recordó hoy el portal del diario O Globo.
Flavio es considerando un político más pragmático, según lo describen senadores que lo tratan frecuentemente, mientras que Eduardo tiene un estilo más radical.
Según O Globo el clima dentro del entorno del presidente es de abatimiento, lo que favorece las discrepancias familiares, y esto también incluiría a la primera dama Michelle Bolsonaro.
La señora Bolsonaro es una activa militante evangélica que estaría distanciada de Carlos Bolsonaro, otro de los hijos del mandatario y responsable de su estrategia de comunicación en las redes sociales.
El lunes surgieron rumores de crisis en la pareja luego de que se diera a conocer que Bolsonaro y Michelle se habían dejado de seguir mutuamente en Instagram, que fue atribuido al resultado electoral.
No obstante, Michelle aclaró que su matrimonio se encuentra “firme y unido” y que el mandatario no maneja sus redes, lo que avivó una vez más las alarmas de tensiones entre ella y Carlos.
Mientras tanto, desde todo el mundo llegan reconocimientos de la victoria de Lula. Ministros del gabinete, gobernadores electos y líderes evangélicos que han sido partidarios estridentes de Bolsonaro se muestran abiertos al gobierno izquierdista entrante.
Agencias AP, Reuters y ANSA