En 2050 la mayor parte de la población mundial vivirá debajo de una gran presa construida en el siglo XX, según un artículo publicado este viernes por la Universidad de las Naciones Unidas (UNU).
Según el texto, se calcula que el volumen de agua almacenado detrás de las grandes represas de nuestro planeta —muchas de las cuales se acercan ya al límite de su vida útil — es de entre 7.000 y 8.300 kilómetros cúbicos, lo que bastaría para cubrir el 80 % de la masa terrestre de Canadá.
Un buen mantenimiento puede garantizar que una presa bien diseñada pueda durar 100 años sin problemas. Sin embargo, muchas de las grandes construcciones de este tipo que en la actualidad están activas fueron construidas mucho antes de que los riesgos de la crisis climática se hicieran evidentes.
“Gravedad de las inundaciones”
“El aumento de la frecuencia y la gravedad de las inundaciones y de otros fenómenos ambientales extremos pueden superar los límites de diseño de una presa y acelerar su proceso de envejecimiento”, explica Vladimir Smakhtin, director del Instituto de Agua, Medio Ambiente y Salud de la ONU en Canadá, y coautor del estudio.
En este sentido, la investigación subraya que el fallo de una presa pone en peligro la vida de la gente que vive río abajo, por lo que hay que revisar las presas envejecidas para evaluar si suponen una amenaza. No obstante, considera probable que los fallos a gran escala sigan siendo raros.
“Se trata de un riesgo emergente”, señala Smakhtin. “No hay una catástrofe inmediata a nivel mundial, pero hay 60.000 grandes represas repartidas por todo el mundo, y ninguna de ellas se está volviendo más joven”, añade.
“Riesgo de colapso”
Por su parte, Duminda Perera, investigadora jefe del instituto y autora prinicipal del estudio, asegura que las grandes inundaciones y los cambios en las precipitaciones puedan desbordar la capacidad de estas estructuras y pueden causar un “mayor riesgo de colapso”.
Desde la UNU recomiendan un mantenimiento cada vez más exhaustivo de las presas, así como dejar fuera de servicio algunas de ellas para evitar la posibilidad de fallos, desbordamientos o fugas. En este sentido, lamentan que muchos gobiernos no se hayan preparado para ello, lo que acarreará “problemas complejos”.
La mayoría de las grandes represas del mundo fueron levantadas entre las décadas de 1930 y 1970 con una esperanza de vida prevista de entre 50 y 100 años. Muchas se encuentran en Asia (casi 24.000 en China). Asimismo, más del 85 % de las grandes represas de EE.UU. han llegado al límite de su vida útil o lo han sobrepasado, y se estima que restaurarlas costaría unos 64.000 millones de dólares.