El magistrado de la Corte Suprema de Justicia (CSJ) de Nicaragua, Rafael Solís, renunció a su cargo, criticó duramente al presidente Daniel Ortega y a la primera dama y vicepresidenta, Rosario Murillo, y advirtió sobre la posibilidad de una guerra civil en el país si no ocurre “un milagro”.
En una carta pública “de renuncia y denuncia” dirigida a los mandatarios y al presidente del Parlamento, el oficialista Gustavo Porras, fechada el 8 de enero y divulgada hoy, Solís también renunció a su militancia en el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), al que perteneció por 43 años, y a todos sus cargos políticos.
Ya no existe derecho alguno que se respete, con las consecuencias inevitables de la instalación y la consolidación al menos de una dictadura con caracteres de monarquía absoluta de dos reyes que han hecho desaparecer todos los poderes del Estado, dejando al mismo Poder Judicial reducido a su más mínima expresión
El ex magistrado, padrino de bodas de Ortega y Murillo y considerado el operador político del FSLN en el Poder Judicial, acusó a los dignatarios de no actuar con sensatez y cordura en la crisis que vive el país desde el 18 de abril pasado, sino más bien con el afán de imponer un “Estado de terror” con el uso excesivo de fuerzas parapoliciales.
“Ya no existe derecho alguno que se respete, con las consecuencias inevitables de la instalación y la consolidación al menos de una dictadura con caracteres de monarquía absoluta de dos reyes que han hecho desaparecer todos los poderes del Estado, dejando al mismo Poder Judicial reducido a su más mínima expresión”, cuestionó.
Yo no deseo una guerra civil para Nicaragua pero me queda claro que ustedes van por ese camino y ante un Ejército que por alguna razón no ha desarmado a los grupos armados, también es lógico esperar que los grupos de oposición van a buscar armarse y el país va a retroceder 40 años