En Cuba, la histórica estación de trenes de La Habana, de estilo renacentista español, se encuentra en plena restauración para devolverle su esplendor centenario, tras un año de obras paralizadas por las restricciones de la pandemia. Construida en 1912, la estación central fue declarada monumento nacional en 1983.

“Hubo inversiones para trenes, ahora hay más, mejores y más grandes. Se espera que más personas usen la estación de tren que tendrá sala de espera, cafetería y espacios de interacción”, explica Ana María Mederos, ingeniera civil.

Las obras comenzaron en julio de 2017 con un presupuesto original de 1,2 millones de dólares. Los trabajos se han retrasado también por las sanciones de Estados Unidos.

“Significa, para nosotros y para la ciudad, recuperar los valores patrimoniales, la historia de la ciudad, y socialmente tendría un impacto por su ubicación en La Habana Vieja. Es importante también por el servicio que brinda la Estación Central de trenes de Cuba, uniendo La Habana al resto de estaciones del país”, cuenta Dalia Aguilar Arévalo, directora de inversiones de la Empresa de Ferrocarriles de Occidente.

La restauración de la Estación central de la Habana es parte de una modernización general de una decrépita red de ferrocarriles en el país. Su inauguración está prevista para diciembre de 2022.