Imaginen a una persona socialmente exitosa, con un buen trabajo, una vida estable y familia. Aunque a veces la viésemos beber, raramente la asociaríamos al alcoholismo, ¿verdad?

Pero tras la apariencia de una vida saludable y exitosa también se puede esconder una grave adicción: el alcoholismo funcional.

Un alcohólico funcional es una persona adicta al alcohol, pero capaz de desarrollar los roles sociales y profesionales que se esperan de ella. Y suele tener éxito en lo que hace.

Estas personas no encajan en los estereotipos sobre el trastorno por consumo de alcohol, por lo que es difícil para la gente que los rodea detectar que tienen un problema, ya que cumplen con sus obligaciones profesionales y sociales.

Según la OMS, en el año 2016, 3 millones de personas en todo el mundo murieron a consecuencia del consumo nocivo del alcohol, lo que representa 1 de cada 20 muertes.

Signos para saber si una persona es alcohólica funcional

Las personas con este trastorno muestran algunos signos que pueden ayudar a detectar su problema.

Según el centro de rehabilitación de Delphi Behavioral Health Group, una red de centros de tratamiento de adicción a las drogas y el alcohol de Estados Unidos, son estos:

  • Beben para sentirse seguros o relajarse
  • Esconden el alcohol, niegan consumirlo en exceso o se enojan cuando se les habla de ello
  • Beben por la mañana o cuando están solos
  • Ponen excusas a amigos y familiares preocupados por su consumo de alcohol
  • Tienen lapsos de memoria cuando beben
  • Bromean sobre el alcoholismo
  • Beben cuando no tenían pensado beber

Aunque admitir la dependencia del alcohol es difícil para cualquier persona, el estigma es todavía peor en el caso de las mujeres.

La BBC ha contactado con tres mujeres que lograron superar su alcoholismo funcional. Ellas mismas contaron su historia.

Suzy Macdonald: una madre alcohólica

Suzy Macdonald
Image captionSuzy era alcohólica funcional: “Miraba a mis hijos y pensaba: ‘tengo que hacerlo por ellos’. Pero no podía controlarlo”.

Suzy tenía dos hijos pequeños y una vida aparentemente normal, pero escondía un grave problema: “Una alcohólica funcional: eso es lo que era”, dice ella misma.

“Me levantaba por la mañana, bebía algo de vodka para despertarme, bajaba para desayunar y tomaba otro trago. Cuando salía de casa, necesitaba más”, explica.

“Era una madre con dos hijos maravillosos, pero no eran suficiente para mí como para dejar de beber”, añade.

Suzy habla del estigma que se asocia al alcoholismo.

“Cuando la gente oye la palabra ‘alcohólico’ lo que les viene a la cabeza es la imagen de un hombre mayor sentado en un parque con una bolsa de papel y una botella dentro”, asegura.

La normalización del alcohol en la sociedad no la ayudaba.

“Socialmente bebía mucho, porque tenía muchos amigos que bebían. Me quitaba toda la ansiedad, hablaba más con la gente. Cuando tenía resaca, iba a la tienda, compraba dos botellas de vino y me encerraba en casa”, expli

“Miraba a mis hijos y pensaba: ‘tengo que hacerlo por ellos’. Pero no podía controlarlo“, dice entre lágrimas.

Suzy se puso en contacto con Alcohólicos Anónimos para tratar su problema.

“Estaba muy asustada, pero se estaba convirtiendo en una cuestión de vida o muerte“, afirma.

Ahora tiene un blog donde habla de su experiencia.

“Para las mujeres es especialmente difícil admitir que tienen un problema con el alcohol. Y las madres, todavía más. Ninguna madre quiere decir que tiene un problema con el alcohol. Pero algunas lo tienen, y hay que pedir ayuda”, asegura.

“No hay ni un día en el que no piense en el alcohol, lo tengo cada día en la cabeza, pero ya no está en primera línea”, reconoce Suzy.

“Ahora me levanto por la mañana y me concentro en mi familia, en mis hijos. Vivo para ellos”, concluye.

 

“Hay ayuda disponible”

Eytan Alexander fundó UK Addiction Treatment (UKAT) en 2012. Es la empresa privada de tratamiento de adicciones del Reino Unido con el número más alto de pacientes.

Eytan Alexander.
Image captionEytan Alexander anima a la gente con problemas con el alcohol a hablar y a pedir ayuda.

“En Reino Unido tenemos una cultura de beber. El alcohol está normalizado, así que es muy difícil detectar quién tiene un problema y quién no”, explica.

Él sabe de primera mano las consecuencias que conlleva el alcoholismo.

“El alcoholismo destruye familias y relaciones. Es el proceso de tener que esconder tu problema a las personas que quieres, a tu familia, lo cual es muy doloroso. Sientes que no puedes seguir viviendo”, asegura.

Pero Alexander recuerda la importancia de hablar y pedir ayuda.

“Hay ayuda disponible. Llamen a un teléfono de atención, hablen con alguien. La gente no está sola, no eres la única persona a la que le pasa eso. Se trata de salir del aislamiento y formar parte de una comunidad donde puedes expresar lo que te pasa y buscar una solución”, concluye.