El ciclón Idai, que arrasó Mozambique en marzo, dejó casi 600 muertos y cerca de 1 millón de afectados, que ahora se enfrentan a una epidemia de cólera. En el centro del país se han detectado más de 1.000 casos. Una de las personas contaminadas ha fallecido.
Para evitar los contagios, se han enviado grandes cantidades de agua potable y purificadoras de agua a la zona.
La Asistencia Médica de Mozambique ha conseguido dar tratamiento al 90% de los casos de cólera, aunque para reducir los riesgos del brote, la Organización Mundial de la Salud ha enviado casi 1 millón de vacunas.
Miles de viviendas, escuelas y centros médicos han sido destruidos, así como unas 700.000 hectáreas de terrenos cultivables, lo que podría desencadenar una crisis alimentaria.
Idai, que tocó tierra en la ciudad mozambiqueña de Beira el pasado 15 de marzo, también afectó a los vecinos Malaui y Zimbaue, donde murieron más de 200 personas.