Una férrea lucha institucional se avecina a lo interno del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) con el presidente Danilo Medina intentando una segunda reelección presidencial y el expresidente Leonel Fernández enarbolando el respeto a la Constitución de la República para abrirle paso a sus aspiraciones de postularse como candidato de esa organización en las elecciones de 2020.

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Una lucha así, que necesariamente pararía en el Tribunal Constitucional, provocaría una gran pérdida de tiempo y energía de cara al propósito del partido oficialista de permanecer en el poder por otro período constitucional.

Ese escenario alejaría al PLD del poder, porque ahondaría las ya marcadas diferencias personales y políticas entre Medina y Fernández.

Raíz del conflicto
Las posibilidades de una segunda reelección de Medina fueron planteadas hoy por José Ramón Fadul, uno de los hombres más cercanos al jefe del Estado.

En unas declaraciones de prensa, Monchy Fadul, miembro del Comité Político del PLD y ministro de Interior y Policía, plantea la necesidad de reformar la Constitución para que Medina pueda volver a aspirar a la presidencia de la República en el 2020.

La Carta Magna modificada en 2015 para permitir la reelección de Medina en las elecciones de 2016 establece en un artículo transitorio que “En el caso de que el Presidente de la República correspondiente al período constitucional 2012-2016 sea candidato al mismo cargo para el período constitucional 2016-2020, no podrá presentarse para el siguiente período ni a ningún otro período, así como tampoco a la Vicepresidencia de la República”.

El huevo y la piedra
Ese es el artículo constitucional que inhabilita a Medina para repostularse, sería el arma a la que se aferraría “con uñas y dientes” Fernández para impedirlo.

Observadores políticos vaticinan que sería el pleito del “huevo y la piedra”, dado el poder que exhibe el presidente Medina en los órganos internos del PLD, demostrado con la aprobación en la Cámara de Diputados de la Ley de Partidos y las últimas decisiones del Comité Político peledeísta.

Y como si fuera poco, la influencia del Gobierno en un órgano del Estado como el Tribunal Constitucional, donde la mayoría de los jueces llegaron con la bendición del jefe del Estado.

Las posiciones de los partidos Revolucionario Moderno (PRM) y Reformista Social Cristiano (PRSC), que permitieron aprobar una Ley de Partidos propicia a los intereses de Danilo Medina, es otra arista del asunto a su favor.

Algunos plantean que esas posiciones “vacilantes” de la oposición facilitarían que pase en el Congreso la reforma constitucional.