EHERÁN.- Las imágenes de la boda de una chica de 9 años con un joven de 22 años desataron la polémica en Irán , al punto que las autoridades locales decidieron revocar el matrimonio.

En el video subido a las redes de Irán, un país donde los matrimonios son legales a partir de los 13 años, se puede ver que la chica, vestida de fiesta y con rostro maquillado, permanece sentada, junto a un hombre evidentemente mayor, en medio de los festejos familiares. La escena transcurre en la humilde provincia sudoccidental de Kohgiluye y Boyer-Ahmad.

“El contrato matrimonial entre ambos ha sido cancelado, tras una decisión judicial”, confirmó a los medios locales un funcionario iraní. Según añadió, tanto el novio, como el tutor de la menor y el clérigo que certificó la boda serán procesados y podrían enfrentar penas que van de los seis meses a los dos años de cárcel, por celebrar un matrimonio con una menor de 13 años. Pese a que el Corán no especifica una edad mínima para casarse, la jurisprudencia de la República Islámica, basada en la ‘sharia’ o ley islámica, establece que la edad apropiada para casarse es la pubertad: 13 años para las chicas y 14 para los chicos.

El video difundido por el diario reformista Sazandegi, causó una ola de protestas en las redes sociales, con denuncias de “pedofilia” y “abuso de menores”. Los internautas denunciaron que en el video se ve cómo los mismos familiares incitan la unión matrimonial e incluso se les oye comentar jocosamente el precio de la dote.

Bajo la legislación iraní, es obligatorio tener 18 años para obtener el registro de conductor o manejar ciertos asuntos económicos; pero hacen falta bastantes menos para consumar un matrimonio. Según estadísticas oficiales, 36.000 chicas menores de 18 años se casaron en Irán durante el pasado año. Además, de acuerdo con datos del Registro Civil de la provincia de Kohgiluye y Boyer-Ahmad, publicados por la agencia semioficial ISNA, pese a que están prohibidos, en 2018 se registraron nueve matrimonios de chicos menores de diez años y una docena con menores de 11, una práctica aún arraigada entre clanes que viven en situación de aislamiento y pobreza