El tratamiento del nuevo coronavirus con plasma representa un “rayo de esperanza” en Egipto, un país de 100 millones de habitantes con un sistema de salud frágil y que quiere estimular las donaciones de sangre, las cuales suelen ser escasas.
“El coronavirus es uno de esos virus que no tienen libros de texto (…) estamos luchando contra un enemigo desconocido, por lo que cualquier forma de tratamiento es un rayo de esperanza al que debemos aferrarnos”, explicó Ihab Serageldin, director del Centro Nacional de Transfusión de Sangre en Egipto.
Cuando una persona contrae el Covid-19, su cuerpo produce anticuerpos para combatir el virus que se concentran en el plasma, la parte líquida de la sangre.
El tratamiento consiste en extraer los anticuerpos de personas que han sido infectadas pero que se han recuperado -el llamado plasma convaleciente- e inyectarlo luego en personas enfermas.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció a finales de agosto que se autorizaba la transfusión de plasma sanguíneo de personas curadas del coronavirus a pacientes hospitalizados.
Según Serageldin, el método es prometedor a la espera de una vacuna. Desde abril, dirige una campaña para alentar a los más de 79 mil pacientes curados en Egipto para que donen plasma.
Desde el inicio de la pandemia de Covid-19 se han registrado en Egipto más de 100 mil casos de nuevo coronavirus, incluidas más de cinco mil 500 muertes.
El plasma convaleciente, es decir, de un paciente recuperado, carga los anticuerpos con los que su sistema inmunológico combatió al virus / Foto: Reuters
DECIDIDO A AYUDAR
Según el ministerio de Salud, que no da detalles, ya se han utilizado muestras de plasma de pacientes curados.
Entre los que donaron sangre está Mohamed Fathi, de 25 años, que contrajo el virus en mayo durante la fiesta musulmana del Aid al Fitr.
Convaleciente, está decidido a ayudar a los otros pacientes, donando sus anticuerpos. “Perder el sabor fue una experiencia terrible. Uno siente que está comiendo sólo por comer”, dijo mientras hacía una donación al Centro Nacional de Transfusiones de El Cairo.
“Vine a donar porque no quiero que nadie más pase por lo que mi familia y yo hemos pasado. Así que si puedo ayudar aunque sea a una persona, es algo bueno”, añadió, explicando que su padre también había contraído el virus.
Algunos estudios demostraron que el tratamiento con plasma es eficaz para tratar el Ébola o el SARS, que pertenece a la misma familia que el coronavirus.
Todos los expertos están de acuerdo en que se necesitan más ensayos clínicos para comparar el efecto del plasma a los cuidados estándar.
Sin embargo, los ensayos clínicos realizados en Bolivia, Colombia, India, México, Pakistán, Corea del Sur, Reino Unido y Egipto dieron resultados alentadores.
MERCADO NEGRO
Según el director Ihab Serageldin, sólo los donantes de entre 18 y 60 años con anticuerpos de cierta calidad pueden donar plasma en Egipto.
Más de 200 ya lo han hecho, y cada donación puede ayudar a dos pacientes.
“Las donaciones de sangre son generalmente escasas en Egipto, por lo que estamos trabajando para concienciar al público”, dijo el médico.
La baja tasa de donaciones llevó a Ahmed Mostafa, un ejecutivo de publicidad de 37 años, a crear una aplicación llamada Mosanda (“Apoyo”) para conectar a los pacientes curados y enfermos
Ahmed Mostafa, que también se curó del coronavirus, creó la aplicación con la ayuda de un médico y de un desarrollador de internet.
“Queremos ser el vínculo entre los pacientes”, explicó el publicista, reconociendo que su aplicación no tiene mucho éxito por el momento.
En junio, la prensa local reveló un mercado negro de plasma de pacientes curados y habló de un costo de 20 mil libras (más de mil dólares) por donación.
La institución islámica sunita AlAzhar criticó entonces duramente a los que “se benefician de la pandemia” y aseguró que la ley islámica no lo permite.