BEIRUT. Hace unos días, Rachelle Halabi acompañó a su padre, muy enfermo de coronavirus, a un hospital de Beirut, pero el médico les pidió que volvieran y lo trataran en casa, por falta de camas en cuidados intensivos.
Recientemente se registraron nuevos picos diarios de contagios en Líbano y los profesionales sanitarios dieron la voz de alarma, lo que ha llevado al gobierno a anunciar un nuevo confinamiento que durará hasta finales de enero.
“El médico de urgencias sugirió que consiguiéramos una máquina de oxígeno y administráramos el tratamiento en casa”, cuenta por teléfono Rachelle, quien también dio positivo.
Asegura haber seguido las recomendaciones durante varios días, pero el estado de salud de su padre de 85 años “no ha mejorado”, lo que la llevó a probar suerte de nuevo en los hospitales.
Pero es difícil. Las fiestas de fin de año han provocado un aumento de contagios y casi han saturado las unidades de cuidados intensivos. Entretanto, las filas de espera se alargan en urgencias.
Después de haber contactado con varios hospitales y tras múltiples negativas, Rachelle encontró una cama disponible en un hospital privado de la ciudad de Zahlé, unos 50 kilómetros al este de Beirut.
Pero tuvo que pagar al hospital un depósito de 15 millones de libras, o sea 10 mil dólares a la tasa oficial.
“¿Cómo hacen los que no tienen medios?”, afirma esta mujer en un país sumido en una grave crisis económica.
Foto: AFP
“PRIORIDAD A LOS JÓVENES”
Porque casos no faltan… Como el de Elie Halabi, de 85 años, cuya familia esperaba poder trasladarlo al hospital de Zahlé en una ambulancia de la Cruz Roja, o Jean Nakhul que buscaba cama para su abuela de 83 años. “Llamamos a varios hospitales pero no pudimos encontrar sitio”, declaró.
a la AFP Nakhul, periodista. “Los servicios de cuidados intensivos están saturados, y los hospitales que todavía disponen de una cama nos dicen que se da prioridad a los más jóvenes, que sólo lo ingresarán si el estado pasa a crítico”, cuenta.
Por eso “hemos instalado un respirador en casa por si su estado empeora”.
En las redes sociales aumentan los llamados para ayudar a los pacientes a encontrar sitio en los hospitales.
“Una mujer de 69 años sufre síntomas graves (…) y necesita urgentemente ser hospitalizada (…) ¿Puede alguien ayudar?”, publicó el lunes pasado Riwa Zouein en Facebook.
A pesar del aumento de la capacidad de acogida de los hospitales en las últimas semanas, el número de contagios generó una nueva saturación.
Jumana acudió a todos los hospitales de la capital para ayudar a su madre, que sufre una infección pulmonar.
“Tenemos la impresión de mendigar”, afirma indignada la treintañera. “Algunos hospitales inscribieron su nombre en una lista de espera pero nunca llamaron”.
“Acabamos encontrando sitio en un hospital de Baalbeck”, a unos 80 kilómetros al este de Beirut.
Foto: AFP
“CATASTRÓFICO”
“La situación actualmente es catastrófica, tanto por el número de pacientes que acuden en masa a urgencias como por la gravedad de los casos”, lamenta Antoine Zoghbi, jefe del servicio de urgencias del Hôtel-Dieu de France.
“Ahora transportamos unos 100 pacientes al día que necesitan hospitalización”, añade el secretario general de la Cruz Roja, Georges Kettaneh.
El 31 de diciembre se registraron más de tres mil 500 nuevos casos, un pico diario.
Líbano contabiliza más de 192 mil casos desde el comienzo de la pandemia, incluidos unos mil 500 muertos, para una población de seis millones de habitantes, de los cuales 1.5 millones son refugiados.
En las redes llueven las críticas a las medidas decretadas por las autoridades.
El gobierno “abre el país para las fiestas (…) después cierra el país y las empresas tras las fiestas (…)”, protesta Yara Sreij en Twitter. “Así podremos atenuar la propagación de la epidemia”, ironiza.