Los astrónomos ahora están seguros de que el misterioso objeto detectado que pasó volando por nuestro sol el mes pasado proviene de otro sistema solar. Lo han llamado 1I / 2017 U1 (‘Oumuamua) y creen que podría ser uno de los otros 10.000 que acechan sin ser detectados en nuestro vecindario cósmico. La certeza de su origen extraterrestre proviene de un análisis que muestra que su órbita es casi imposible de lograr desde dentro de nuestro sistema solar.

Su nombre proviene de un término hawaiano para mensajero o explorador. De hecho, es la primera roca espacial que se ha identificado que se forma alrededor de otra estrella. Como los asteroides se fusionan durante el proceso de formación planetaria, este objeto puede decirnos algo acerca de la formación de planetas alrededor de su estrella madre desconocida.

Los últimos análisis con telescopios terrestres muestran que ‘Oumuamua es bastante similar a algunos cometas y asteroides en nuestro propio sistema solar. Esto es importante porque sugiere que las composiciones planetarias como la nuestra podrían ser típicas en toda la galaxia.

Se cree que es un objeto extremadamente oscuro que absorbe el 96% de la luz que cae sobre su superficie y es rojo. Este color es el sello distintivo de las moléculas orgánicas (basadas en el carbono). Las moléculas orgánicas son los bloques de construcción de las moléculas biológicas que permiten que la vida funcione.

Se piensa ampliamente que la entrega de moléculas orgánicas a la Tierra primitiva por la colisión de cometas y asteroides hizo posible la vida aquí. ‘Oumuamua muestra que lo mismo podría ser posible en otros sistemas solares. Sus características han sido publicadas por dos grupos independientes de astrónomos.

El primer grupo, dirigido por Karen Meech, de la Universidad de Hawai, también descubrió que ‘Oumuamua era extremadamente alargada y de unos 400 metros de largo. Usando el Very Large Telescope (VLT) del Observatorio Europeo Austral también encontraron que giraba una vez cada 7.3 horas. El otro grupo de astrónomos, dirigido por David Jewitt, de la Universidad de California en Los Ángeles, calculó cuántos otros visitantes interestelares podría haber en nuestro sistema solar.

Sorprendentemente, calculan que otros 10.000 podrían estar más cerca del Sol que el octavo planeta, Neptuno, que se encuentra 30 veces más lejos del Sol que la Tierra. Sin embargo, estos no se detectan actualmente. Cada uno de estos intrusos interestelares estaría de paso. Viajan demasiado rápido para ser capturados por la gravedad del sol. Sin embargo, les toma alrededor de una década cruzar nuestro sistema solar y desaparecer nuevamente en el espacio interestelar.

Si esta estimación es correcta, entonces aproximadamente 1,000 ingresan y otras 1,000 se van cada año, lo que significa que llegan aproximadamente tres y tres se van todos los días. Usando telescopios robóticos como Pan-STARRS, el que detectó ‘Oumuamua’ para buscar asteroides es una prioridad para los astrónomos, ya que se concentran en descubrir objetos potencialmente peligrosos que podrían impactar en la Tierra.

Las actualizaciones inminentes a estos telescopios topográficos y las mejoras en las técnicas de procesamiento de datos significan que los astrónomos pronto podrán detectar objetos más pequeños y más débiles.

Esperan que varios de ellos sean intrusos interestelares como ‘Oumuamua’. Stuart Clark es el autor de The Unknown Universe (El Jefe de Zeus)