779 personas han fallecido a causa del coronavirus en el estado de Nueva York desde el martes, por lo que el total de muertes asciende a 6.268, ha comunicado el gobernador, Andrew Cuomo.
Según la declaración de Cuomo, los latinos son el grupo más afectado por la infección. 3.602 de las víctimas de la pandemia, o un 34% del total de los muertos, son de procedencia hispana.
Aunque la cifra de hoy es la más alta registrada en el estado desde el inicio del brote, el gobernador opinó que se ven indicios de mejora de la situación epidémica.
“No hay dudas de que estamos doblando la curva”, dijo Cuomo, y destacó la importancia del distanciamiento social como medida de prevención de la propagación del virus.
Su conclusión se basa en el número de pacientes hospitalizados, que muestra una dinámica positiva desde el 2 de abril (586 enfermos hospitalizados hoy frente a los 1.427 del pasado jueves). No obstante, advirtió que esos avances pueden ser revertidos.
“Tomamos medidas dramáticas en este estado […] Estamos aplanando la curva gracias a lo que estamos haciendo. Si dejamos de hacerlo, veremos que la curva cambia nuevamente”, pronosticó Cuomo.
Este lunes, Cuomo advirtió que el sistema sanitario del estado funcionaba “a la máxima capacidad”, y que la presión sobre los hospitales era “insostenible”. Asimismo, prolongó las medidas de distanciamiento social en el territorio hasta el 29 de abril.
El día siguiente, cuando se registró la cifra máxima hasta entonces de fallecimientos por la infección, el gobernador señaló que el estado había alcanzado una meseta. Asimismo, destacó que la epidemia se desarrolla mucho más rápido que la pandemia más mortal que enfrentó la ciudad, la de la gripe española. “Solo han pasado 37 días”, sostuvo Cuomo, que recordó que en 1918 la infección alcanzó el pico seis meses después de su inicio.