AFP
Finlandia, Suecia y Noruega registraron en los últimos días un inusual pequeño aumento de los niveles de radioactividad de origen humano, que es inofensivo para el hombre y cuya fuente se hallaría en Rusia, según un instituto holandés, y en Letonia, de acuerdo a otros indicios.
La Organización del Tratado de Prohibición Completa de Ensayos Nucleares (TPCE), cuyas estaciones permiten medir los aumentos de radioactividad de origen civil, publicó un mapa en Twitter que marca la zona de origen probable de la fuente.
El sector cubre una tercera parte del sur de Suecia, la mitad sur de Finlandia, Estonia, Letonia, así como una amplia zona que rodea la frontera noroeste de Rusia, incluido San Petersburgo.
Estos isótopos (cesio 137, cesio 134 y rutenio 103, principalmente) “son muy probablemente de origen civil. Podemos indicar la región probable de la fuente, pero el TPCE no tiene el mandato para determinar el origen exacto”, señaló en Twitter Lassina Zerbo, secretaria general de la organización con sede en Viena.ADVERTISING
El productor ruso de electricidad nuclear Rosenergoatom desmintió cualquier incidente en las dos centrales que explota en esa región.
“No se registró ninguna anomalía en las centrales nucleares Leningradskaya y Kolskaya”, declaró un portavoz a las agencias rusas.
Las emisiones “no superaron los valores de control para el período indicado” y “no hubo ningún incidente relacionado con emisiones” mayores a los niveles establecidos, añadió.
Según cálculos del Instituto holandés de Salud Pública y Medio Ambiente (RIVM), “los radionucleidos provienen de Rusia occidental” aunque las mediciones no permiten identificar la localización exacta.
Los nucleídos registrados son artificiales y por lo tanto de origen humano, y su composición “puede indicar daños en un elemento combustible en una central nuclear”, subrayó la autoridad holandesa en comunicado.
Además de Rusia, Finlandia y Suecia explotan reactores nucleares en el sector, pero no se ha señalado ningún incidente.
Los países bálticos no tienen reactores en actividad, pese a lo cual se han registrado problemas de radioactividad en las centrales eléctricas convencionales de Letonia, que utilizaban como combustible madera de zonas bielorrusas que fueron contaminadas por la catástrofe nuclear de Chernóbil.
Pero según la oenegé antinuclear francesa Criirad, especializada en el control de la radiactividad, la detección de isotopos radioactivos de muy corta vida llevan a descartar esta pista.
“La detección en Helsinki de elementos radiactivos de corta duración como cesio 134 (período de 2 años) y especialmente rutenio 103 (período de 39 días), permite excluir que se trate de la combustión de biomasa contaminada por Chernóbyl en 1986”, explicó a la AFP Bruno Chareyron, ingeniero de física nuclear y director del laboratorio Criirad en Valence.